Lo  firme sobre el homicidio de Castro Luque: fue crimen político

   Lo que está bien firme en el caso de Eduardo Castro Luque es que el crimen fue político. La limpieza y transparencia de su vida elimina la posibilidad de relación alguna con el crimen organizado, sin contar con que el asesino no utilizó ni los procedimientos ni las armas que distinguen a los asesinatos de esas bandas. Tampoco fue un crimen pasional. El móvil no fueron ni la venganza ni el robo; el asesino iba directamente a matar, lo hizo y huyó. Queda el móvil político.

 

   Estos son HECHOS:

 

1.    Eduardo hizo campaña en las filas de la oposición, esto es, del PRI, y de manera permanente y enérgica dijo NO al acueducto. Estuvo, pues, entre los candidatos que causaron un terrible disgusto al gobernador Padrés y su grupo porque les ganaron en Cajeme TODAS las posiciones a TODOS los candidatos del PAN;

 

2.    También disgustó a Padrés y su grupo por su enérgica oposición al acueducto. Acababa de participar en un encuentro con empresarios de Hermosillo, amigos de Padrés, a quienes dijo, una vez más, NO.

 

3.    Tanto el gobernador como su secretario de gobierno habían amenazado a varios opositores al acueducto; las del gobernador quedaron plasmadas en los costosos desplegados de prensa que publicó en los últimos días y en declaraciones a periodistas; las del secretario de gobierno se produjeron en diversas fechas, contra líderes de grupos a quienes trató de amedrentar para que se desistieran de los amparos contra el acueducto.

 

4.    No afirmo que ellos ordenaron el asesinato; los HECHOS que señalo son las amenazas y también que con ellas crearon el ambiente de temor, odio y recelo que propicia los crímenes. El asesino pudo haber recibido  paga por su crimen o haberlo cometido fanatizado por las publicaciones de Padrés.

 

5.    Un HECHO muy importante: la Procuraduría de Justicia del Estado, dependencia en la que manda el gobernador, tiene en sus manos el caso. El procurador Carlos Navarro Sugich carece de la preparación técnica para dirigir una averiguación y es un político a quien Padrés prácticamente impuso en el cargo. EXISTE EL PELIGRO DE QUE BORRE EVIDENCIAS. Lo más sensato será pedir que la PGR atraiga el caso o nombrar un agente del Ministerio Público adjunto procedente de Cajeme.

 

   La voz pública en aquel municipio insiste en que la autoría del homicidio se localiza en el gobierno del Estado. Mientras no haya pruebas, no puede afirmarse tal cosa, pero no hay duda de que LOS HECHOS SON LOS HECHOS. El luto que envuelve a la familia Castro Luque nos afecta a todos y cada uno de los cajemenses, y  ensombrece el ánimo de  los buenos sonorenses.

 

   La campaña del odio ha dado un  monstruoso y diabólico fruto.

 

CRÉALE A LOS MEDIOS

 

   Mientras estuvo Calderón echando vivas a los héroes y ondeando la bandera, en el palco del Palacio Nacional, una multitud, sin cuidarse de la lluvia que caía sobre el Zócalo ni de la presencia de miles de soldados y policías, estuvo gritando FRAUDE, FRAUDE!

 

   ¿Qué medios televisivos o periódicos capitalinos dieron cuenta de esto? NINGUNO.

 

   Modestamente, Hermosillo no se queda atrás. Veo en un periódico el anuncio de un programa de televisión que dirige Hilario Olea, en el que destaca la palabra LIBERTAD. ¿Libertad la de uno que aguarda, de rodillas, las instrucciones de funcionarios del gobierno?

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