Gilberto Armenta
El reino de los sátrapas
ELMENSAJERO.MX
El diputado federal plurinominal lo hace de nuevo.
Acompañado de la misma Teresa Lizárraga que estuvo a su lado durante la toma de protesta en la unión ganadera, vuelve a exacerbar los ánimos de propios y extraños.
Pero esta vez, dada la magnitud de su anuncio, lo flanquearon dos de sus compañeros legisladores, Federico Doring y Javier Bolaños.
El primero traía la gran consigna de anunciar demandas penales, en el ámbito federal, en contra del procurador de justicia de Sonora, además de un juez y un ministerio público, de quienes nunca mencionó sus nombres.
El segundo fue más discreto, y salvo palabras motivacionales en relación a la justicia y la confianza, no dijo nada interesante.
De lo de Federico Doring, se rescata cuando dijo que afortunadamente, las demandas interpuestas por ellos, están ante la federación y no el estado.
-Así tenemos la confianza de que el estado no intervendrá- dijo.
Pero se le olvida al mexiquense que esa misma autoridad federal no ha actuado en contra de Guillermo Padrés Elías, sobre quien pesan sendas investigaciones relacionadas a actos de corrupción en distintas modalidades.
¿Pensara que, para ellos, los panistas, hay otra federación alterna?
Acompañaron también al padrecista legislador, pero en ominoso silencio, los diputados locales Luis Serrato, Moisés Gómez Reyna, Javier Dagnino, Lina Acosta y Célida López.
También, sin impacto alguno, sus correligionarios Everardo López y Javier Neblina.
Y por parte del PAN estatal, cumpliendo con la obligación, Leonardo Guillen y Dalia Laguna.
Y así, el circo mediático estaba completo, con sus tres pistas al frente.
En la primera, como se dice párrafos arriba, Federico Doring hizo alusión, sin profundizar, a una aparente violación del Artículo 225, Fracción XIX el Código Penal Federal, que a la letra dice que, dado el fuero del diputado en mención, no se le podía haber iniciado un procedimiento judicial primero, y la solicitud de desafuero después.
Habrá, en este sentido, que estar bien seguros de la jurisprudencia de la ley.
¿Ese artículo lo protege de supuestos delitos cometidos antes de adquirir el fuero, o solo lo protege si estos se consumaron después de obtenerlo?
En la segunda pista resalta la complicidad de toda la constelación panista, que, apagada en su fulgor, decidieron hacer equipo con quien, en cualquier giro interesante de la ley, podría ser plenamente sentenciado por los delitos que se le imputan.
Pero la presencia de ellos estaba justificada en otro sentido, y ese es el tema de la tercera pista.
Victimizado como solo él sabe hacerlo, Agustín Rodríguez dijo sufrir por la persecución política, por la represión del gobierno estatal, y la injusticia de las autoridades que lo acusan.
Detrás de sus palabras al borde de las lágrimas, los panistas ya mencionados asentían con las cabezas, suspiraban emocionados, aplaudían con timidez, y buscaban con la mirada, entre los medios de comunicación presentes, a cualquiera que se solidarizara con ellos.
Los tres actos circenses, promovieron a un inspirado Agustín Rodríguez, a asegurar, de manera poco creíble, que él solo había tenido contacto con Gisela Peraza, el mismo día del supuesto robo en la casa de gobierno ocupada por Guillermo Padrés y su esposa, y que jamás la había visto más, hasta el día del careo, en semanas pasadas.
El carácter arrogante, presuntuoso y altanero de Agustín Rodríguez Torres, fue manifiesto cuando se le recordó, que durante los seis años del padrecismo, la aduana obligada que él impuso entre el gobernador y su gabinete, era la que controlaba todo.
Y él era el dueño de esa aduana.
-Fui duro porque así tenía que serlo, cuidaba al gobernador, todos los particulares así han sido, que alguien me mencione a uno que no- dijo.
Importante subrayar que Gisela Peralta, amiga íntima de Iveth Dagnino Peraza, no era ni una blanca paloma ni una perita en dulce, en cuanto al trato a los demás se refiere.
Su temperamento era altamente tóxico y altanero.
Agustín Rodríguez dijo que platicó con ella afablemente durante horas, que la aconsejó que dijera la verdad, y que incluso, le ofreció ayuda si acaso ella tenía un problema que la hubiera orillado a robar (sic), ese dinero.
¿Usted le cree a Agustín Rodríguez Torres?
Los dos explosivos y volubles temperamentos, los convirtieron en dos descarrilados trenes chocando entre sí.
En síntesis, Federico Doring dijo que el proceso de desafuero no procederá, puesto que se cometieron irregularidades graves en la conformación del expediente.
Pero, por lo que se vio, las irregularidades de ellos podrían ser aún más graves.
Por su parte, Agustín Rodríguez dice que jamás violentó a Gisela Peraza, que solo habló una vez con ella, y que nunca supo que había sucedido después.
¿Será que el pez va a morir por su propia boca?
Los testigos y actores de esa ocasión dicen, que Agustín Rodríguez Torres hablo en varias decenas de ocasiones con Gisela Peraza.
Ya lo veremos.
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