Abandonan su fuente de trabajo por contaminación de Río Sonora

Desde hace un año, los agricultores que habitan Bacanuchi y Arizpe ya no siembran frijol, chile verde y maíz; incluso los productores de queso en Baviácora tampoco elaboran este alimento porque los clientes dejaron de comprarlos al temer que estén contaminados con los tóxicos que se derramaron en los ríos Bacanuchi y Sonora, desastre ecológico ocurrido el 6 de agosto de 2014 a causa de una falla estructural en la mina Buena Vista del Cobre, propiedad de Grupo México.

Ahora los agricultores optaron por sembrar pastura para comercializarla ya que existe una alta demanda por parte de ganaderos que tienen que alimentar a su ganado.

Jesús Laguna es habitante de Bacanuchi, es agricultor desde hace 60 años, sembraba frijol y maíz. Hace un año y medio que se fue reduciendo la siembra hasta que ya no se cultivaron estos granos. Las ventas bajaron porque las personas piensan que fueron regadas con agua contaminada.

“Está de la fregada la situación. Lo que cosechábamos le repugnaba a la gente porque pensaban que estaba contaminado; en Bacanuchi ya no nos compran lo que producimos”, manifestó.

Vladimir Vázquez Chacón es propietario de un abarrote en Arizpe. Dijo que los visitantes todavía preguntan si el agua del Río Sonora está contaminada para no meterse a bañar y tampoco consumir los productos regionales.

“Esta calmada la situación económica. Hay desconfianza de la gente en los productos regionales, viene gente de fuera y pregunta: ¿está limpia el agua del río (Sonora)?”, comentó.

María Teresa Vázquez, es habitante de Baviácora. Tiene 20 años elaborando quesos, pero, desde hace un año, es poco lo que vende porque la gente piensa que las vacas de donde proviene a leche, pudieran haber bebido agua del Río Sonora.

Antes, hacía 25 kilos de queso a la semana, ahora casi produce nueve kilos. En ocasiones no vende este producto y mejor se lo proporciona a su familia para que lo consuma.

Doña María estaba sentada en una de las seis sillas que conforman su comedor, mismo que se encuentra en la cocina de su casa. Muy triste recordó esos tiempos productivos que dejaban ingresos para la familia. En su hogar viven su esposo, que es ganadero, y sus hijos.

“Estamos peor porque ya no produzco los suficientes quesos. Bajó mucho la producción”, mencionó.

Su esposo, señaló, invirtió los pocos ahorros en un negocio de venta de láminas galvanizadas y herrería; son pocas las ganancias que deja la venta de estos materiales de construcción, pero, por el momento, es la única fuente de ingresos fija que tienen.

Jesús Laguna, María Teresa Vázquez y Vladimir Vázquez Chacón, coincidieron que los tres niveles de gobierno deben promover turísticamente la zona del Río Sonora en otras entidades del país, incluso en otros municipios del Estado, para que más personas visiten y consuman productos regionales.

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