La primera batalla: Sheinbaum se lanza contra la política migratoria de Trump

La presidenta activa a su Gabinete marcando terreno en uno de los frentes de la relación bilateral y entra al cuerpo al cuerpo con mensajes que impugnan la propuesta del republicano de deportar a un millón de personas cada año

Elías Camhaji

El endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos está en el centro de las preocupaciones de México. Así lo han dejado claro sendas declaraciones de la presidenta, Claudia Sheinbaum, quien ya ha activado a su Gabinete para buscar alternativas que atemperen el discurso de mano dura de Donald Trump y su promesa de campaña de deportar hasta un millón de migrantes cada año en situación irregular. Aunque todavía faltan dos meses para la toma de posesión del republicano, el Gobierno mexicano ya trabaja en documentos de trabajo para demostrar con datos duros las aportaciones de la diáspora mexicana en la economía de ambos países, así como los beneficios del tratado comercial (TMEC), que se revisará en 2026. Las señales que ha enviado Sheinbaum, sin embargo, apuntan a que la crisis migratoria es por ahora el frente prioritario para el país latinoamericano y el primer gran escollo a resolver en la relación bilateral. “No estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales”, afirmó la mandataria en su última conferencia de prensa.

Sheinbaum adelantó que en el documento de trabajo sobre la comunidad mexicana se destacarán hechos como el pago de impuestos de los migrantes, la calidad de su trabajo y su importancia en rubros clave, como el sector agrícola y de la construcción. La presidenta dijo que convocó este martes a su Gabinete para trazar la ruta en otros temas cruciales para la relación diplomática, como el comercio y la seguridad. “Tenemos un plan y lo estamos desarrollando”, afirmó para llamar a la calma en medio del nerviosismo que ha provocado la victoria de Trump en las elecciones del pasado 5 de noviembre.

Un día antes, Sheinbaum sacó pecho de la comunidad mexicana, en lo que fue su pronunciamiento más contundente en favor de los migrantes desde que asumió la presidencia el pasado 1 de octubre. “Nuestros paisanos y paisanas son héroes y heroínas, trabajadores que apoyan a sus familias y a la economía de México, pero también, que se escuche bien y fuerte, contribuyen a la economía de Estados Unidos”, dijo en la conmemoración del Día de la Revolución. “Ayer hice un especial énfasis y lo vamos a seguir haciendo”, agregó en esta última oportunidad.

Las remesas son uno de los pilares de la economía mexicana y rondan el 4% del PIB, según estimaciones oficiales. El año pasado se superaron los 63.000 millones de dólares en envíos recibidos desde el extranjero. Los más cinco millones de mexicanos sin papeles en Estados Unidos no son el único motivo de preocupación del Gobierno de Sheinbaum. Aunque los especialistas aseguran que es poco realista realizar un millón de deportaciones anuales, el plan del próximo presidente es que cientos de miles de inmigrantes irregulares sean devueltos a territorio mexicano, sin importar su nacionalidad. También pesa la amenaza de cerrar la frontera, lo que tendría un impacto directo en el comercio y el tránsito de personas. “En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, y tenemos un plan para ello”, insistió la presidenta.

El plan no se limita a plantar cara a la retórica antimigrante de Trump. Sheinbaum anunció que se iba a reforzar la red consular de México en Estados Unidos, la más grande de cualquier país, para proteger los intereses de la comunidad mexicana y darles herramientas para defenderse de abusos y redadas. Sin embargo, el presupuesto aprobado para la Secretaría de Relaciones Exteriores se redujo de 9.994 millones de pesos a 9.294 millones para el próximo año. Con todo, el cálculo de México es que si se muestra como un aliado eficaz y que da resultados, las amenazas de los trumpistas se moderarán y así se logrará evitar un escenario extremo.

Trump no ha dado visos de moderación y está concentrado en mandar señales a sus votantes de que cumplirá lo que prometió en campaña. Nombró al senador cubanoamericano Marco Rubio, un duro crítico de México y Andrés Manuel López Obrador, el mentor de Sheinbaum, como secretario de Estado. También designó a Tom Homan como “zar de la frontera” y a la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, como secretaria de Seguridad Nacional para completar un equipo de halcones que pongan en marcha el giro en la política migratoria.

Homan, por ejemplo, ha asegurado que la designación de los carteles mexicanos como grupos terroristas es inminente, lo que añade más presión y tensiones a la agenda de control de fronteras. También vio con buenos ojos la donación de más de 500 hectáreas de tierra en Texas, anunciada esta misma semana, para construir grandes almacenes humanos que sirvan como campos temporales de detención de migrantes y faciliten las deportaciones. En un escenario de plena incertidumbre, volatilidad política y gran anticipación en ambos lados de la frontera, la migración ya se perfila como uno de los principales focos de fricción entre ambos países. Sheinbaum dijo que buscará una reunión con el equipo de Trump, aunque todavía no hay una fecha para que se celebre el encuentro.

Enlace: https://elpais.com/mexico/2024-11-22/la-primera-batalla-sheinbaum-se-lanza-contra-la-politica-migratoria-de-trump.html

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