Desviar la ruta del gasoducto Guaymas-El Oro (Sonora-Sinaloa) implica una inversión millonaria, por eso el Gobierno federal tendrá que llegar a un acuerdo sostenible con los dueños de la empresa concesionaria, negociación difícil de aceptar, aseguró Jorge Vidal Ahumada.
El Secretario de Economía en Sonora recordó que en 2017, cuando se frenó la obra de construcción, el costo para cambiar de lugar las tuberías y evitar que pasaran por territorio Yaqui era alrededor de 20 millones de dólares; y estima que a la fecha incrementó el valor.
Esto, luego de que López Obrador, al reunirse con los gobernadores de la etnia Yaqui, firmó un acuerdo presidencial a fin de hacer un Plan de Justicia para el Pueblo Yaqui, que incluye cambiar de ruta el gasoducto.
“Un cambio de ese equipo implica que los dueños del gasoducto tendrán que llegar a un acuerdo, imagino que debe ser un costo millonario, porque eso también tendría como consecuencia el tiempo que llevaría instalar de nuevo el gasoducto”, dijo.
La cantidad de kilómetros por la que atraviesa la comunidad Yaqui es muy grande, agregó, y desviarlo será demasiado costoso, además está el tiempo que tomaría instalar un nuevo gasoducto en otra zona.
Señaló que Gobierno Estatal no puede intervenir en esa decisión, pues ya es responsabilidad de la Federación, no obstante, tratarán de ofrecer mejoras de gestión.
Explicó que el gas que llegaría a Ciudad Obregón viene “al revés”, pues proviene de Oro, Sinaloa, hacia el sur del estado, debido a que es el que baja del gasoducto de TransCanada por el estado de Chihuahua.
Dijo que espera que esta situación deje contentos a los involucrados y se cumplan los acuerdos para un final justo y necesario para todos.
EXP/MG/EV/AGT/2020
