El director de Promoción a la Salud y Prevención de Enfermedades de la Secretaría de Salud de Sonora, dijo que algunos de estos pacientes tienen secuelas cuando son dados de alta y otros a los días o las semanas de estar recuperados. 

“No se presentan estos síntomas con mucha frecuencia en aquellos pacientes que tuvieron formas leves de la enfermedad, aparentemente los pacientes que tienen mayor probabilidad de desarrollar estas secuelas son los pacientes que tuvieron formas graves, es decir, aquella persona que requirió de hospitalización porque hubo necesidad de oxígeno suplementario en hospital, es un caso grave, y luego la otra parte son los pacientes críticos que ingresaron a cuidados médicos intensivos”, explicó. 

Dijo que es difícil tener con exactitud la cifra de pacientes que tuvieron o tienen secuelas por el hecho de que algunos presentan los síntomas en semanas posteriores. 

Para Gonzalo Leyva Pacheco, de 55 años de edad, ha sido un poco complicado la secuela de fatiga y se agita mucho tras estar internado 19 días con asistencia de oxígeno no invasivo en los pasados meses de diciembre y enero en el Hospital Ignacio Chávez, del Isssteson, por COVID-19. 

Afortunadamente, dijo, logró recuperarse ya que pensó que agravaría su estado de salud por padecer de diabetes y de tiroides. Contó que no puede hacer mucho esfuerzo porque se agita y le falta el aire para respirar.

“Afortunadamente estoy saturando bien, sí me agoto rápidamente, sí me canso, pero a veces me da insomnio, que ya de por sí era medio malo para dormir, y otro tipo de cosas que no pasan de ahí afortunadamente. Entonces, estoy con tratamiento, mis medicamentos, mis ejercicios y pues me siento muy optimista de que sigo avanzando, lento, pero avanzando”, comentó. 

Gonzalo Leyva Pacheco es académico de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Sonora, a la cual, regresó este mes para impartir sus clases en línea.