La elección de ciudadanos para gobernar un municipio elegidos de manera mayoritaria sin haber aparecido en la boleta electoral, como ocurrió el pasado 6 de junio en Cucurpe, no es nuevo en Sonora y al menos en los últimos 55 años se han presentado dos casos similares, señaló Bulmaro Pacheco Moreno.

El presidente de la Fundación Colosio y político con amplia trayectoria a nivel estatal y federal, indicó que en 1967 en Bacadéhuachi resultó ganador de la elección a presidente municipal Leoncio Valencia, y la entonces Comisión Estatal Electoral se vio obligada a respetar el triunfo.

“La gente escribió su nombre en la boleta y tuvo más de mil votos, impresionante para aquella época, era él popular, entonces qué hizo el gobierno ante eso que entonces manejaba las elecciones a través de una Comisión Estatal Electoral, pues al ver la contundencia y la evidencia del voto masivo a favor de Valencia, formó un Concejo Municipal con los regidores que el mismo pueblo eligió y Valencia de presidente”, detalló.

En 1997 se presentó otra situación similar en Ónavas, donde la gente eligió por mayoría a Jesús Noé Monge Saavedra, y a través de un plebiscito la ciudadanía decidió la integración de un Concejo Municipal para designar a los integrantes del cabildo.

“Quemaron el DIF, quemaron una parte del palacio, se rebeló la gente y la solución fue crear un Concejo Municipal con alguien intermedio, ni el ganador ni el perdedor, y funcionó muy bien en Ónavas y vino la paz y la tranquilidad”, apuntó.

Respecto al caso de Cucurpe, en el que la ciudadanía mediante el voto en el recuadro en blanco de la boleta le otorgó el triunfo a Edgar Palomino Ayón con más de 30 votos sobre el segundo lugar, dijo que la autoridad electoral debe tener imaginación para la integración del cabildo y respetar la decisión de la gente.