La sequía es un fenómeno natural que ha acompañado al estado de Sonora a lo largo de su historia, y a pesar de que no se puede hacer una medición exacta de su magnitud, las condiciones de escasez de lluvias siempre afectarán el desarrollo de las actividades humanas, indicó José Luis Jardines Moreno.

El integrante de la mesa temática del agua de la asociación Hermosillo ¿Cómo Vamos? señaló que de acuerdo con los archivos históricos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se puede establecer que la sequía es un fenómeno cíclico en la entidad, pero que resulta impredecible su periodicidad y su extensión.

Apuntó que está intrínsecamente ligada al desequilibrio ecológico provocado por las conductas y las actividades productivas, y en las últimas décadas se han recrudecido por la tala excesiva de árboles y poca forestación, quemas descontroladas, erosión del suelo, y el descuido de las laderas.     

“Son fenómenos cíclicos, es decir se repiten, ¿con qué frecuencia?, bueno es muy variable también, en ocasiones se repiten, pero no es tan grave la que se presenta contra la anterior o la que vendrá, no tienen palabra de honor”, expuso.

Otro factor fundamental para que las sequías se presenten con mayor frecuencia, dijo, es el cambio climático que a nivel mundial ha provocado innumerables cambios en los ecosistemas.

“Aparentemente ahora son periodos más largos y más intensos, yo no sé si más puntuales, con diverso grado de intensidad, pero sí hay una afectación desde luego”, expresó.

A pesar de que resulta difícil comparar la sequía actual con otro periodo similar en la historia de la entidad y de la ciudad, apuntó que de 2000 a 2004 se registró una sequía bastante grave, que derivó en el suministro de agua de manera racional en Hermosillo, y que los productores agrícolas del valle del Yaqui utilizaran bombas para sacar agua de la presa La Angostura.