Víctimas del fracaso

Millones de familias mexicanas viven en la inseguridad por la violencia en las calles; en la incertidumbre económica y el desempleo que desploma su calidad de vida; sufren por servicios públicos e infraestructura urbana en franco deterioro, con el agregado del miedo de contagiarse por el Covid-19.  

Todo eso pretende ser compensado por el Gobierno Federal, mediante un paquete de programas asistencialistas que dispersan miles de millones de pesos entre adultos mayores, ninis, becas, en la plantación de árboles, entre otros, cuya permanencia es a costa de Estados y Municipios, cuyos presupuestos fueron recortados o de plano eliminados para dichas materias, pero que de todas formas son exigidos por quienes reciben esas dádivas en efectivo, quienes al menos tienen un dinerito para paliar sus penas.  

El tema de la inseguridad es el que causa mayor impacto en la calidad de vida de la gente y el mismo INEGI, a través de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana indica que dos de cada tres personas mayores de 18 años, el 66.6 por ciento, consideró que vivir en su ciudad es inseguro.  

E inédito el que hasta el feliz, feliz presidente Andrés Manuel López Obrador, reconozca lo que padecemos los comunes mortales luego de someterse a bandas del crimen organizado e insistir que a la violencia del narco responderá con abrazos y los acusará con sus abuelitas; eliminar fondos de apoyo a la capacitación y equipamiento para, corporaciones policiacas de estados y ayuntamientos y apostar todo a la militarización con una Guardia Nacional que en lugar de cuajar luce pasmada.  

Funciones de la Guardia Nacional

Hasta se atrevió a dar a conocer un listado de los 50 municipios con mayor incidencia delictiva de este país, cinco de los cuales están en territorio sonorense, Cajeme, Hermosillo, Guaymas, Caborca y San Luis Río Colorado, en donde el Estado y ayuntamientos se rascan con sus propias uñas, mientras la Guardia Nacional ocupa la mayor parte de su tiempo en ceremoniales protocolarios, al servicio de la migra de Estados Unidos, celosos genízaros en centros de vacunación, y llegando al último, mucho tiempo después a lugares donde se cometió algún delito de alto impacto.  

El presidente se refirió a la incidencia delictiva en términos genéricos, que en el caso de Sonora, al menos se ha logrado importante baja en delitos patrimoniales, como el robo a casa habitación, a transeúntes y de automóviles, mediante una efectiva estrategia de coordinación que opera el secretario de seguridad, David Anaya Cooley, además de que desde la Fiscalía General de Justicia del Estado se ofrecen buenos resultados en el combate a la impunidad, con creciente número de detenciones y sentencias por parte del Poder Judicial.  

El problema son los delitos de alto impacto, los del fuero federal, los que compete combatir la federación, además de ser uno de los principales compromisos, si no es que el principal, de López Obrador con su monserga que pacificaría al país; que regresaría los militares a los cuarteles; que a través del trabajo de inteligencia atacaría fuentes de financiamiento de bandas criminales y que les quitaría además sus fuentes de reclutamiento apoyando con dinerito a jóvenes para que no cayeran en la tentación de integrarse a dichas bandas.  

Indiscutible que todo ese paquete es el mayor fracaso del inquilino de Palacio Nacional, ya que las cifras oficiales colocan a su administración como la más mortal de la historia e incluso, organismos especializados y con metodologías aceptadas por gobiernos, consideran que en materia de homicidios dolosos, 16 de las 50 ciudades más violentas del mundo están en México y entre ellas, en el cuarto lugar está Ciudad Obregón.  

David Anaya Cooley

Cajeme es todo un caso y debe ser angustiante saber que en el curso de este mes se han registrado 45 homicidios dolosos, de los cuales, 23 se cometieron durante la semana pasada, sin descartar que este lunes la estadística se haya incrementado, en una escalada que pone los pelos de punta.  

Buena la numeralia que recopiló el periodista Javier Camacho, en la que se describe la tragedia en proceso y que además de no ser vista por el alcalde Sergio Pablo Mariscal ni es determinante en la voluntad del electorado, representa un reto mayúsculo para las nuevas autoridades que asumen su responsabilidad en septiembre próximo y que se presenta prácticamente en toda la entidad.  

Lo mejor que podría pasarnos es que tanto en los que se refiere a la Federación como al Gobierno Estatal, aterrizaran las promesas presidenciales de pacificación y de esa forma se aproveche que como gobernador estará quien diseñó la estrategia en dicha materia y que casi tres años ya son suficientes para comenzar a ver resultados.  

Es que un nuevo gobierno genera nuevas expectativas y Alfonso Durazo ha sido genial en generarlas con frecuentes anuncios de proyectos que por su magnitud hay quienes ponen en duda de que sean realizables al menos en el corto y mediano plazo, dada la monumental inversión que tendría que aplicarse, con un gobierno federal que se ha caracterizado por tacaño.  

Sergio Pablo Mariscal

En su principal asignatura, la seguridad pública anunció la integración de un área de inteligencia y compromisos de cooperación y colaboración con la Fiscalía General de la República, incluido un plan piloto para implementar una nueva operatividad en las delegaciones estatales de esa dependencia y nos imaginamos que su equipo ya trabaja en un proyecto que fortalezca en equipamiento y capacitación a policías municipales, así como la capacidad de respuesta de la Policía Estatal de Seguridad Pública.  

En materia de infraestructura las cosas andan por las nubes como es la inversión de casi dos mil millones de dólares para una granja fotovoltaica en Puerto Peñasco; igual cifra para la construcción de un complejo industrial en Guaymas; la construcción de un gasoducto desde Topolobampo hasta el puerto sonorense; la construcción de una planta de fertilizantes ahí mismo y construir una carretera que conecte con Chihuahua, en el marco de un paquete muy ambicioso.  

También está el anuncio de sacar las vías del tren de la mancha urbana de Nogales, proyecto al que ya entrados en gastos, debiera sumar a Hermosillo, Puerto Peñasco y Agua Prieta, entre otras ciudades sonorenses que son partidas en dos cada que pasa el llantas de fierro.  

Por el bien de Sonora y los sonorenses ojalá lograra al menos la mitad de esos proyectos y haga buenas el mayor número de expectativas que ha generado en las últimas semanas, ya que con solo con eso abrirá opciones de mejoramiento de la economía de los sonorenses, pero por lo pronto, el gobernador electo hace gala de sus buenas relaciones con el gabinete federal, con la esperanza de que aterricen en cosas buenas para la gente.  

Alfonso Durazo 

Hemos sido testigos o dado cobertura a seis sucesiones gubernamentales y en ésta rebasa lo que para los comunes mortales podría ser la realidad, cuando por ejemplo y no nos iremos mucho al pasado, está el caso de la gobernadora Claudia Pavlovich, quien si bien recibió una vara muy baja de su antecesor, desplegó toda una diversidad de acciones que rescataron la red caminera estatal; abatió la opacidad y la rampante corrupción heredada llevando a su administración a los mayores estándares a nivel nacional en materia de transparencia y honestidad.  

Empoderó a las mujeres sonorenses; modernizó el sistema de justicia penal; hizo del sector educativo estatal un referente en todo México, tanto en cuestiones de infraestructura como en nivel de aprovechamiento académico; hizo de los municipios y sus autoridades una plataforma de desarrollo económico y social con esas tantas pequeñas obras de beneficio comunitario; implementó estrategias en el sector salud para evitar menos daños por la pandemia del Coronavirus.  

Estableció relaciones si aspavientos ni estridencias con actores políticos, con capitostes de los sectores social y privado y fortaleció la plataforma de Sonora como polo de atracción de inversiones nacionales y extranjeras, a través de una relación muy constructiva con los gobiernos de Arizona y Nuevo México y promociones en el mercado de inversionistas en el mundo, además de su gestión institucional con el gobierno de la 4T y López Obrador.  

Por cierto, excelente el saldo de la reunión virtual que sostuvo la mandataria sonorense con su homóloga de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, quienes destacaron los avances de la agenda común impulsada desde que se conformó la Comisión Sonora-Nuevo México, organismo similar que el que opera desde mediados del siglo pasado con Arizona.  

“Es un placer hablar de temas que tenemos en común Sonora y Nuevo México en 12 años de trabajo; ha sido muy importante la generación de empleo, la atracción de inversión, aquí en Sonora están trabajando grandes empresas como Amazon, Lazy Boy, Ford, Constellation, Black & Decker y, obviamente, impulsar la educación es primordial, por eso agradezco el apoyo de las universidades de Nuevo México que reciben estudiantes sonorenses con cuotas preferenciales de hasta 50 por ciento de descuento”, destacó la gobernadora en su diálogo con la mandataria de Nuevo México.  

La gobernadora en la planta Ford

Entre otros temas, platicaron sobre proyectos como el clúster de gas natural entre Sonora, Arizona y Nuevo México, la iniciativa de la Maricopa Assocciation of Government (MAG), para eliminar el permiso de viajero en estos estados y oportunidades para estudiantes sonorenses, en el marco del lema que distingue a dicha relación “Dos estados una visión”.  

La gobernadora está cerrando muy fuerte en materia de inversiones y generación de empleos, destacando que este lunes su participación como testigo de honor del embalaje de la nueva pick-up Maverick en la planta Ford de Hermosillo, en el marco de un programa de expansión que ha emprendido dicho corporativo en los

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