Gallos

Entretelones
Samuel Valenzuela

Samuel Valenzuela

Cuando el gobernador Alfonso Durazo Montaño advirtió de forma categórica que las peleas de gallos no son compatibles ni pueden convivir con un estado de vanguardia en materia ambiental como lo es Sonora, creímos que el tema estaba zanjado, con una especie de “y háganle como quieran”.

Y ese “háganle como quieran” incluía o debía incluir atender la movilización anunciada para este lunes y que según los organizadores tendrá o tendría una participación de al menos de 15 mil personas de diversas entidades del país, en solidaridad con la “industria” gallística de Sonora en resistencia contra la Ley de Protección y Bienestar Animal aprobada por la legislatura estatal.

Alfonso Durazo Montaño.

Ocurre que el posicionamiento del mandatario estatal citado va a contracorriente al del diputado David Figueroa Ortega, al parecer protagonista principal del oficialismo en lo que parece ser un descomunal dislate, quien en entrevista informó, que se dará un período de gracia de tres años para que los galleros continúen con sus sangrientas tradiciones mientras hacen la transición a otras actividades productivas, en algo así como decir que los cocodrilos vuelan, bajito pero vuelan.

Seguramente el pleno del poder legislativo de Sonora deberá votar una reforma a ese nuevo marco jurídico que establece una muy clara normatividad para proteger a distintas especies del reino animal, para agregar un transitorio donde se fije el colchón de tiempo mencionado por el diputado converso al morenismo luego de transitar por el PAN y Movimiento Ciudadano.

Miren, este nuevo marco jurídico que la actual legislatura dio trámite sin siquiera leerla solo para vestir efectos mediáticos en fecha mediática, es mucho más que prohibir lo que en otros estados del país es patrimonio cultural y si bien se inmiscuye en prácticas de añeja data en el sector pecuario, establece medidas elementales de protección para animales en cotidiano contacto con los humanos.

David Figueroa Ortega.

Desde nuestra perspectiva las peleas de gallos solo son resumideros del hampa, para la evasión fiscal, lavado de dinero, violencia entre apostadores, en el marco de un sangriento lucro a costa de que dos animales se hagan pedazos y más o menos ocurre igual con las carreras de caballos, las cuales son infaltables en las fiestas de nuestros pueblos.

A ojo de buen cubero, prohibir las primeras y establecer regulaciones bien estrictas en el caso de las segundas, es lo que debería ocurrir, y a la vez, entrarle a la aplicación de reglas en materia de apuestas tal como ocurre en el caso de los casinos, además del necesario trabajo político de conciliación y control de la al parecer poderosa mafia gallera que por lo pronto obligó a la ruidosa reversa anunciada por el diputado Figueroa Ortega, sin importar la categórica advertencia del gobernador un día antes.

En estos días aciagos para este animalista común mortal, hemos platicado con un par de profesionales de la veterinaria, quienes comentan de las bondades de ese marco jurídico que los involucra en su cumplimiento, particularmente en el caso de jaripeos, carreras de caballos y cabalgatas, donde son comunes los abusos y maltratos de esas bestias por más que digan que se trata de un costumbrismo muy a la sonorense, en tanto que de la crianza y las peleas de gallos dicen es un nicho inaccesible para la gran mayoría de ese gremio.

Juan Pablo Arenivar M.

Ya veremos cómo se desarrolla esa telenovela, pero por lo pronto, Figueroa Ortega al parecer trae el santo de espaldas—que es muy distinto a traer el santo en la espalda—porque junto con pegado está su desatinada llamada de atención al diputado Juan Pablo Arenivar Martínez, por atreverse a proponer una mayor atención y compromiso de la legislatura estatal frente a la rampante inseguridad que prevalece en San Luis Río Colorado, cabecera distrital representada por “Wasapraka”.

Primero, ningún diputado podrá ser reconvenido y segundo, por supuesto que el Congreso del Estado es uno de los lugares en los no solo se puede, sino que debe ser planteada problemáticas que afectan a la ciudadanía y es el espacio ideal para impulsar a instancias de gobierno para que se pongan las pilas para atenderla y resolverla.

Cuantas estulticias han pasado por el pleno del Congreso del Estado y en la actual legislatura ya van varias y que aún así, los representantes populares tienen la prerrogativa de perpetrarla sin que sus pares pretendan prohibirlas como obvio quiso hacer el aguapretense, quizás motu proprio por andar de nalgas prontas y de queda bien con quien sabe quién.

Muy quisquilloso lució Figueroa Ortega con su pose doctoral tratando de dar terapia conductual al joven legislador, contrario a su plácida actitud cuando Alejandra López Noriega se aventó aquel cínico chorizo para justificar su deserción de las filas del PAN para sumarse al oficialismo o cuando se declaró independiente Raúl González de la Vega, ellos sí protagonistas de actos personalísimos, pero que como diputados tienen derecho a ellos y nadie puede reconvenirlos, discrepar y debatir sí, pero no pretender dar asesorías o terapias no solicitadas

Hermosillo en globos.

Por lo pronto y en descargo de algo a sus desbarres, a Figueroa Ortega habrá que abonarle el que haya mojado en buena manera la pólvora a la engallada mafia gallera, sin que tengamos idea de los efectos del colchón de tres años que graciosamente les fue concedido, en vísperas de la supuesta multitudinaria marcha anunciada para este lunes.

Pero en este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo depende del color del cristal con que se mira, porque aparte de los protagonismos de Figueroa Ortega, dos eventos dominaron la escena sonorense este fin de semana, porque en ambos casos se celebraron las terceras ediciones del Festival del Globo en Hermosillo y la Gran Carrera del Desierto en Puerto Peñasco.

Espectacular mirar flotar allá arriba a esos artefactos inflables con personas en su canastilla, placer que, si bien a no gusta a este fóbico a las alturas, obvio que sobran a los quienes sí les gusta y por ello el gran del programa encabezado por el presidente municipal Antonio Astiazarán Gutiérrez, culminando la jornada sabatina con multitudinaria juntada que fue amenizada por Tripicalísimo Apache.

La primera edición del Festival del Globo estuvo bien pero afectado por condiciones muy ventosas por rumbos del Estadio Fernando Valenzuela; la segunda acá a tiro de pedrada de nuestro feudito estuvo mucho mejor, y en esta tercera edición nos reportan excelencia, con óptimo ambiente familiar y sumamente concurrido allá por rumbos de los terrenos de la Unión ganadera Regional del Gobierno de Sonora, en donde por cierto, se anunció hace meses la construcción de un moderno centro de convenciones con una inversión millonaria público-privada, sin que tengamos idea si ese proyecto ya no caminó o sigue en la agenda mercantil del gerente de esa organización, Juan Ochoa Valenzuela.

Ni qué decir de la tercera edición de la Gran Carrera del Desierto, evento de tres días ya convertido en un clásico anual al que se dan cita corredores de fondo y larga distancia de distintos países del mundo y de diversas partes de la república, con el atractivo de esa región de Sonora donde se juntan las arenas del desierto con las aguas del Mar de Cortés.

Además de lo deportivo, ese evento tiene importante efecto en la economía turística de Puerto Peñasco, al reunir a cientos de deportistas, acompañantes, mirones y los simplemente enfiestados en el marco de una juntada a la que fuimos invitados, pero por asuntos de orden familiar nos fue imposible y así nos perdimos ver trotar durante 10 kilómetros a la jefa de la oficina del Ejecutivo Paulina Ocaña o al empoderado secretario de turismo y economía, Roberto Gradillas Pineda.

Reelección cetemista.

Mientras tanto, como un deja vu fue presenciar el evento cetemista de este fin de semana en donde afianzó su cacicazgo el diputado Oscar Ortiz Arvayo al ser reelecto por aclamación como dirigente de la CTM en Hermosillo y perfilarse como serio heredero del imperio ahora propiedad de Javier Villarreal Gámez en la entidad.

Ese fue un evento con el sello de aquel viejo PRI y de gobiernos de ese partido cuando la CTM era uno de sus pilares, pero ahora los protagonistas de parte del sector oficial son de MORENA, en este caso correspondió a Adolfo Salazar Razo, Secretario de Gobierno, representar al gobernador Durazo Montaño, con un buen mensaje, tan bueno como aquellos de secretarios de Gobierno en similares encuentros del pasado, al igual que el de Villarreal Gámez con todo y sus desenfadados posicionamientos “obreristas”.

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