Tenemos derecho a la sospecha; piensa mal y atinarás; lo que parece es: cuando el gobierno se involucra en negocios, los negocios se convierten en política y la política se convierte en corrupción, y en los últimos seis años y cacho eso ocurre en México.
Bueno, eso siempre ha ocurrido en este país con una clase política y gubernamental corrupta hasta el tuétano, pero que en estos tiempos llegaron al poder con la bandera de ser distintos y propagandizaron estar dispuestos a acabar esas prácticas, cuando lo mejor que han hecho es ser más desfachatados, desvergonzados y cínicos, en su calidad de nueva mafia del poder integrada por los mismos de antes.
Los chocolates del bienestar son solo la punta del iceberg junto al negociazo que representó la construcción de las megaobras como el tren maya, el nuevo aeropuerto, la refinería dos bocas, la megafarmaciatotota, los fertilizantes, entre otras acciones tan pretenciosas como inútiles, pero que con toda impunidad y facilidades permitieron escandaloso enriquecimiento de personajes asociados, prestanombres y cómplices del círculo rojo en torno a Palacio Nacional.
Tenemos derecho a sospechar que los chocolates del bienestar son producidos por la chocolatera “Rocío” propiedad de los hijos del presidente, cuya familia es la más corrupta de la historia de este país y que dicho desvergonzado negocio es como un derecho de piso que paga la presidente Claudia Sheinbaum, cuyas habilidades de hacer maromas le permitió justificar esa masiva distribución con alegatos rayanos en la estupidez y evidentemente cínicos, cuando en las escuelas se prohibió la venta de comida chatarra, con exceso de azúcares y grasas.
Además, para nadie es extraña la participación del senador Adán Augusto López en la industria del huachicol, actividad que junto a sus relaciones con el crimen organizado le ha permitido acumular grosera riqueza, junto a otros de similar calaña, que en conjunto ofrecen un panorama de una clase política, que como es la misma del pasado, solo se ha vuelto más desvergonzada en sus corruptelas.
Francamente permea la sospecha social respecto a que toda obra de gobierno se proyecta bajo la perspectiva de negocios de hijos, compadres, socios, intereses empresariales afines al ejercicio del poder, quienes a cambio de impunidad no tienen ningún reparo para ceder a sus benefactores, parte de sus millonarias ganancias.
Así las cosas, lo de los chocolates del bienestar solo es una raya más del tigre que solo complementa el uso discrecional de Andrés López Beltrán de las millonarias prerrogativas de MORENA, aunque hay quienes aseguran que esas barritas con el 50 por ciento de cocoa y con “poquita azúcar como saborizante”, es un donativo de la empresa “Rocío”, a manera de disculpa por el desprecio público a la presidente cuando aquel evento de acarreados en El Zócalo.
Por lo pronto, la señora Sheinbaum anda en la boca de todos al resolver de una vez y para siempre el problema del alto costo de la energía eléctrica, al hacer la sesuda consideración sobre su decidido propósito de bajar el costo de la luz, “y ¿cómo lo vamos hacer? pues si se consume menos electricidad se va a pagar menos”, subrayó la científica inquilina de Palacio Nacional.
Esa misma fórmula debería aplicarla para enfrentar el alza de las gasolinas con solo no utilizar tanto el automóvil, o la falta de medicamentos, así como los pésimos servicios hospitalarios enfrentarlos con solo no enfermarse y de eso debe tratarse ese programa denominado estufas de leña del bienestar, llamadas a bajar los costos del gas doméstico o desaparecer desaparecidos para bajar estadísticas de asesinatos dolosos, y comer menos para bajar el costo de artículos de consumo básico.
Por lo demás, en efecto, un reportero nunca debe ser noticia principal de ningún medio, porque cuando eso sucede obedece a dos razones: porque fue agredido, peor aún fue asesinado; o por enfrentar una demanda judicial.
Esas son las dos razones principales para aparecer en portada y en ambos casos es negativo.
En México se ha vuelto tema cotidiano el asesinato, la agresión y las demandas contra reporteros; a muchos personajes que gustan de la vida pública y gozan las mieles de la popularidad, de pronto les desagrada se les descubra un pasado oscuro en el servicio público, un acto de corrupción o estar en listas de agresores sexuales de mujeres o formar parte de una lista de deudores morosos en el pago de pensiones alimenticias; detrás del señalamiento periodístico ven una mano que meció la cuna, pero jamás reflexionan sobre su proceder que fue el origen del señalamiento.
Es entonces cuando asumen actitudes violentas o de aparente indignación.
El periodismo en México cada vez enfrenta nuevos retos y amenazas; pero la Libertad de Expresión es un bien que se debe tutelar y resguardar con toda la fuerza de las instituciones, de los ciudadanos y de los propios periodistas.
Un personaje público, que asume tintes de redentor social, debe comprender que estará sujeto a un intenso escrutinio social y que sus acciones del pasado tendrán impacto en sus actos del presente, por eso es necesario que su actuar esté sujeto a las leyes, a la decencia, al decoro público y debe prever que todo lo que hizo y hace serán objeto de interés público.
El señor Guillermo Ruiz Campoy, un político de Navojoa, creyó que era buena idea demandar al periodista Rafael Cano Franco y con muy poca inteligencia emocional se lanzó a los juzgados para intentar lavar su honor.
No pidió derecho de réplica, no trato de aclarar los señalamientos en su contra, optó por presentar una demanda y luego hacerla pública para tratar de mostrar que nadie le puede cuestionar o escrutarle su pasado.
No solamente exhibe su inmadurez política y la falta de oficio para enfrentar las críticas; deja de manifiesto su falta de control emocional y expone a su propio instituto político, el Partido Sonorense, a ser cuestionado por incluir en su militancia a personajes como él.
El periodista tiene como tribuna los espacios donde opina, analiza, reflexiona y plantea posturas ante hechos o sucesos consumados; intentar limitar el contenido informativo de esos espacios es un acto de censura y una forma burda de tratar de acallar las críticas y señalamientos.
No sabemos que molestó a Guillermo Ruiz Campoy:
Pudo ser que se dijera fue síndico municipal en la administración de Rosario Quintero, un gobierno municipal de Navojoa marcado por el desaseo administrativo, la falta de trasparencia y el exceso de opacidad, donde se privilegió la frivolidad por encima del cumplimiento de la responsabilidad.
¡Ahí estaba Guillermo Ruiz Campoy!, era el Síndico Municipal, un cargo que le confirieron los navojoenses para que vigilara el accionar del gobierno y donde, derivado de los resultados fue omiso y puede ser que hasta cómplice.
Igual se pudo molestar por señalar que su carrera partidista está impregnada de inconsistencias y deslealtades. Abandonó las filas de Morena cuando no lo consideraron como buen candidato para la alcaldía; emigró al Partido del Trabajo donde consiguió la candidatura y fue regidor, de muy pobre desempeño, por cierto; pero a ese partido también lo dejó para cambiar de ropaje y vestirse con los colores del Partido Sonorense, desde donde intenta, ¡otra vez! ser candidato.
Pero está visto que no son los partidos los del problema, ¡es él quien no da la talla!
El motivo para que Ruiz Campoy denunciara a Rafael Cano, pudo deberse a que se le acusa de no pagar una pensión alimenticia y desde esa perspectiva se cuestiona la validez de su desempeño público con su actuar en lo privado.
Es posible que derivado del señalamiento, finalmente asumió sus responsabilidades familiares, algo para lo cual también sirve el periodismo ¡para obligarlos a cumplir!; pero eso no lava que lo hizo casi obligado y solamente para luego intentar lavar su imagen y poder demandar al periodista.
En fin, Guillermo Ruiz Campoy es uno de esos políticos que ahora abundan; frágiles, carentes de ideales políticos, acomodaticio y de extrema sensibilidad en la piel, que gustan de los medios cuando los halagan pero que los demandan cuando los desnudan.
Por todo lo anterior yo estoy con Rafael Cano Franco.
Por cierto, por inesperadas circunstancias no atendimos a la cordial invitación de la alcaldesa de Cananea, Esmeralda González para dar cobertura presencial a la inauguración de la Expo Minera 2025 el miércoles pasado, aunque fuimos muy bien representados por el mero chuqui de la Mesa CORSAS, a cuyos integrantes invitó la presidente municipal cuando compareció a dicho espacio de reflexión y análisis con fines periodísticos.
Nos comentan de un buen evento, aunque no lo fue tanto respecto al rústico, desconsiderado e improvisado trato a nuestros colegas cuya condición de invitados especiales resultó un mero eufemismo que se tradujo en un hospedaje en algo así como un refugio desvencijado y pulguiento entre otras descortesías de un tal Zar Martínez, quien cobra como encargado de Comunicación Social.
Gajes del oficio, podríamos decir cuando en alguna cobertura se poncha una llanta del vehículo; ocurre una volcadura o hasta la caída de una avioneta; la barbacoa estaba aceda, no había suficiente agua caliente, el atestado corralito de la ignominia y cosas así, pero cuando con casi tres semanas de antelación no se hicieron las previsiones del caso para ofrecer un trato digno a quienes proyectarán a la opinión pública un evento de esa naturaleza y que fueron invitados de forma especial para tales efectos, pues de ninguna manera pueden ser considerados gajes del oficio. Qué bueno que no pude ir.