+ CEA, volver a empezar; nuevo administrador, pero los mismos viejos anuncios; culpa a vulnerables del rezago por 400 millones; Arturo Chacón será reconocido en las Fiestas del Pitic; Guaymas podría traer a Mauro Calderón a la fiesta del Mar Bermejo
Agustín Rodríguez L.
GUAYMAS, Son. – Mi recordado amigo Antonio Barreto (DEP) asumió la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado hace casi 3 décadas, por su capacidad, experiencia y dedicación a lo que consideraba una misión, no un trabajo, el indicado para iniciar la tarea del futuro.
Como sea que se haya llamado con el tiempo, el organismo enfrentaba la nueva ley federal que responsabiliza a los municipios del uso y cuidado del agua. Se traspasaría al Ayuntamiento en 2000, al asumir la alcaldía el panista Bernardino Cruz (DEP), quien para eso trajo a Guillermo Pérez Díaz de San Luis Río Colorado, por su exitosa experiencia cuando gobernó esa frontera.
El titular estatal de entonces, Daniel Tréllez, operó contraofensiva y Bernardino no pudo cumplir con la ley. El Gobierno estatal conservó el organismo –controla 4, de 72-- y todo siguió igual.
El caso es, mi amigo Barreto buscaba modernizar el sistema con urgente inversión para sustituir viejas tuberías y tratar, urgía, aguas residuales que iban a la bahía y a calles del puerto.
Desde entonces poco avanzó la “Maldita CEA”, así rebautizada –siempre el “profe” tan atinado al interpretar al pueblo— por el maestro Alejandro Ramírez.
Barreto invocaba la macro y micromedición, nuevo equipo y rebombeo estratégico. Pero dejó el organismo y llegaron políticos para administrar electoralmente, no con la estrategia exigida por un recurso que, no entiende la propia CEA, enfrenta alertas de real escasez.
Y qué decir del drenaje. La opacidad del organismo impidió ver lo que pasaba y tuvo que llegar este gobierno para declarar la “emergencia sanitaria” que, por fortuna, ha sido contenida, pero no solucionada.
Si usted piensa que los planes a 30 años diseñados por el gobernador del estado son un capricho personal del señor de Bavispe, entonces tampoco ha entendido. Lea sobre las presas, pronósticos de lluvia y el grave flagelo de la sequía, para entender qué enfrentamos.
Confirmo persistencia de esa mentalidad iniciada cuarto de siglo atrás, ahora que llega Rafael Adrián Orduño, un hermosillense nacido en Empalme, reaparecido como administrador de la “maldita CEA”, al volverse insostenible Manuel González.
A Manuel le dieron las gracias y alguien trajo al Orduño que presume 38 años de burócrata estatal, con quincena segura en Telefonía Rural de Sonora antes de caer en la silla que ocupó mi amigo Barreto --quien sí sabía del tema--, y una decena más en los últimos 25 años que no pudieron –algunos solo quinceneaban por su cercanía con personajes de moda—, y anunciaban lo mismo.
Orduño trae el cuento actualizado a partir de “recuperar” Empalme, sugiriendo fracaso en la labor de Dámaris Ponce, para volver a administrar desde Guaymas.
Va más allá: Manuel González le habría heredado un tiradero, no tenía “finanzas propias adecuadas”, esencial inversión, capacitación, orden, y reclama gran necesidad de definir controles. Vaya: ¿Qué hacía entonces, Manuel González?
Sobre el rezago, resalta 366 cuentas por 400 millones de pesos. Qué perverso se escucha al sugerir apoyar a la gente vulnerable para la recuperación. Como si los vulnerables pudieran deber casi 1 millón 100 mil pesos de cada una de esas grandes cuentas por cobrar.
Un entrevistador se lo observó y recula, saltando al renglón donde dice buscar al menos 100 millones de ese dinero –regalará 300 millones a quienes sí pueden pagar esas cifras—para poder invertir en necesidades inmediatas. Y vuelve a las bombas, micromedición, todo eso que siempre se anunció y que, si algo se hizo, nunca se notó la diferencia.
Enfatiza en la transparencia. Como los otros, pero el señor que ordenó a los medios no molestarlo porque él les diría cuando serían atendidos, acusó que los medios “no tienen el pulso real”.
No sabe –o finge no saberlo-- que los mismos medios han acusado el uso irregular del agua, desde el huachicoleo del acueducto Río Yaqui-Guaymas que pierde la mitad del agua conducida, hasta el clandestinaje de grandes industrias, comercios y áreas residenciales.
Algo nuevo fue aceptar la insuficiencia de enviar agua solo dos días por semana a los domicilios; o el irregular cobro que aplican: el recibo mensual repetidamente ausente –por eso crece la morosidad y vienen, quizá sea la idea, los recargos--, cuesta lo mismo a una persona que a una familia completa, solo por vivir en el mismo sector.
Llegó pues, el señor Rafael Adrián Orduño como los últimos anteriores. Designado por alguien, diciendo lo mismo, con el agregado de hablar de transparencia, pero sentencia, hará declaraciones cuando tenga tiempo y los medios deberán estar disponibles en ese momento, o perderán cita unilateralmente programada.
Qué aprendería a su paso por la burocracia administrativa en los sexenios priístas de Rodolfo Félix Valdés, cuando inició, y avanzó en el de Manlio Fabio Beltrones, López Nogales, Eduardo Bours, permaneció en el panismo de Guillermo Padrés y al regreso del tricolor de Claudia Pavlovich, pero siguió de largo en el actual morenismo de Alfonso Durazo. Algo debe saber.
“Maldita CEA”, sí, pero después del análisis, debo decir: “Pobrecita CEA”.
RECONOCERÁ TOÑO A ARTURO CHACÓN
Las Fiestas del Pitic recuerdan el 325 aniversario de la fundación de Hermosillo y ya preparan la pachanga.
Entusiasma el programa anunciado por el alcalde Antonio Astiazarán, gran oferta artística y cultural que incluye presentar y entregarle la Medalla Emiliana de Zubeldía al destacado tenor Arturo Chacón, durante su concierto en la Plaza Alonso Vidal, el 23 de mayo.
El famoso navojoense es uno de los tenores más destacados de su generación, protagonista en escenarios de mayor renombre en el mundo. Ha interpretado más de 60 roles en 30 países y ofrecido recitales privados a la realeza española y líderes de Iberoamérica.
Su voz ya se escuchó en La Scala de Milán y en el Metropolitano de Nueva York; ha trabajado con directores de cine como Sofia Coppola y Woody Allen con funciones agotadas en Los Ángeles, Valencia y Roma. Ahora su agenda lo sitúa en Francia, Argentina y CDMX, luego Hermosillo.
Pero al orgullo que siento al leer sobre sonorenses exitosos, agrego otra buena nueva que, de cumplirse, nos traería otro regalo artístico a favor del encausamiento cultural de nuestros jóvenes: en las próximas fiestas del Mar Bermejo, que coronan la celebración de la Defensa Heroica de Guaymas, el Ayuntamiento podría presentarnos en nuestro precioso Malecón Turístico a Mauro Calderón, otro figurón de clase mundial.
Se le reconoce como embajador de la música mexicana, lo cual se ratificó en Japón recientemente. Su trayectoria la reconoció el Congreso de Estados Unidos en 2018 y obtuvo el Premio Nacional de Arte y Cultura 2022, otorgado por el Senado mexicano. Su carrera incluye 50 álbumes de distintos géneros.
Lo escuchamos hace una década en el mismo escenario frente al mar. Cruzo los dedos por volver a escucharlo.