Entretelones
Samuel Valenzuela

Samuel Valenzuela
No hay reconsideración ni manos extendidas desde la presidencia de la república y todo se resume en la insistencia de una conspiración de la derecha internacional representada en México por un par de empresarios con cuya riqueza son capaces de organizar una movilización nacional contra la 4T.
Se mantiene la estrategia mediática a través de redes sociales del reduccionismo estúpido aderezado con la enfermiza adoración de la presidente Claudia Sheinbaum, quien se ha sumado al linchamiento a quienes osen criticarla o contradecirla, recurriendo a la desmesura de la arrogancia y el autoritarismo.

Los Halcones.
Atribuir los actos de violencia en la plancha de El Zócalo del pasado sábado a los miles de manifestantes, muestra las miserias mentales de quienes dispersan tales barrabasadas, a sabiendas de la existencia de ese misterioso “Bloque Negro”, el cual siempre ha dejado la impresión de ser un grupo de profesionales de la provocación, con formación militar y sospechoso de actuar de acuerdo con instrucciones del gobierno de la Ciudad de México, tal como lo hicieran Los Halcones a principios de los años 70, particularmente el 10 de junio de 1971.
La violencia registrada el sábado pasado tuvo como protagonistas principales a ese grupo de mercenarios y cientos de integrantes del cuerpo de granaderos con los consabidos abusos, golpizas y la represión en contra de ciudadanos deseosos de hacer escuchar su voz y exigir soluciones a la problemática nacional.

Entre granaderos y el Bloque Negro.
Pero para la presidente y para esa piara en nado sincronizado tal diferenciación no importa y se cuidan de no aludir esa sospechosa irrupción de esos encapuchados ataviados de negro luego mimetizados entre granaderos, para así redondear su clandestino actuar con propósitos de desprestigio contra movilizaciones sociales legítimas.
A pesar de la negra fama del “Bloque Negro”, no hay en curso ninguna investigación al respecto, resultando indicativa la ausencia de sus violentas provocaciones en marchas y manifestaciones convocadas por MORENA en los últimos años.
Contrario a lo anterior, luego de conocerse la convocatoria para la movilización del sábado pasado, los sabuesos cibernéticos y habilidades detectivescas del Estado Mexicano, sorprendentemente rápido desentrañaron supuestos orígenes, identidades y fuentes de financiamiento para realizar dicha protesta.

Claudia y el denuesto.
Lo anterior nadie lo pudiera refutar ni desmentir, vamos, ni hasta los más abyectos adoradores de la señora Sheinbaum, pero eso no es lo peor, porque lo peor es la prevalencia y más vigente que nunca, la problemática motivo de la movilización convocada, como la inseguridad, la corrupción gubernamental, la falta de medicinas, la falsa austeridad del régimen, la opacidad y otros vicios cuatroteros.
Y el colmo, contrario a la premisa la cual indica la necesidad de reconocer problemas como condición sine qua non para resolverlos, la señora presidente y sus corifeos actúan como si nada malo pasara y a partir de dicha complacencia sus políticas públicas resultan pusilánimes y timoratas.
En ese contexto, interesante la machacona denuncia de miles de bots arremetiendo en contra del gobierno de la Sheinbaum, cuando en una ojeada a las redes sociales, de diez posts en Face o en X, nueve son alegóricos a la egregia y bella estampa de la presidente y la santidad inspirada por el ahora residente de La Chingada, y este lunes trastocado todo con el sobredimensionado ego de esa señora.
Acusa a la oposición de pretender construir una realidad virtual a través de las redes sociales, cuando es a la inversa, ya que desde sus granjas de alienados se trata de forjar su presunta fortaleza, con la suma de manifiestos de apoyo al más puro estilo prianista, en los cuales se condena la violencia ciudadana y se alaba la violencia del régimen.

Indefensos granaderos.
Sorprendente la actitud provocadora y retadora de la presidente; insiste en el insulto y la deslegitimación de exigencias sociales, a partir de una posición ideologizada al extremo, como si la polarización clasista fuera lo suyo.
E insistimos, lo peor del caso es la persistente negativa gubernamental de reconocer la problemática motivo de la movilización del sábado 15 de noviembre: inseguridad, infiltración del crimen organizado en instancias de gobierno; corrupción oficial e impunidad para corruptos en la cúpula cuatrotera; indefensión de la juventud mexicana, entre insuficientes apoyos electoreros y la oferta para sumarse a carteles, entre otras realidades inaceptables y no reconocidas por el oficialismo.