Propone Ulises renovación al PRI

 

El ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, recorre el país en un movimiento de renovación del PRI en el que la principal lucha es lograr que la selección de candidatos se abra a las bases y que sea la mayoría de la militancia tricolor la que decida quién y quiénes van de candidato a los diferentes cargos de elección popular.

Con una visión muy lógica de lo que ocurrió en la derrota tricolor del pasado mes de julio, el oaxaqueño le pone nombre y apellido a ese revés que tiene al país en este proceso llamado “La Cuarta Transformación” que él califica como Transformación de Cuarta.

La experiencia como político le ha permitido estar incluso en Sonora en procesos anteriores y es muy clara la identificación que tiene con la clase política sonorense de primer nivel.

Ulises culpa de la caída tricolor al presidente Enrique Peña Nieto, lo que parecería una cosa imposible de pensar que algún priista le cargara la cuenta al número 1 del país.

Obvio que esto lo dice porque Peña Nieto deja el poder ya en tres semanas, bueno, menos, en seis semanas exactamente y el poder y encanto se le apaga como vela después de haber sido la luz de los priistas durante todo el sexenio.

Creo que es muy acertada la propuesta de que los candidatos sean definidos por el apoyo de las mayorías, que es muy diferente al dicho de que “se encapricharon las mayorías y el elegido fue…”, juego político con el que el PRI y todos los partidos han tomado las decisiones que en el ejercicio de la democracia, le deben corresponder al ciudadano y no a un grupo político enquistado en posiciones de poder y control.

 

Argumentar que la derrota del PRI es culpa de Enrique Peña  Nieto es asumir una posición como Poncio Pilatos, de lavarse las manos y dejar que crucifiquen a un culpable, pero lo cuestionable en este asunto es saber qué hicieron todos los priistas que durante años han tenido el control político, puestos importantes en el Gobierno y el poder que da estar en el grupo dominante.

¿Acaso no se dieron cuenta que el barco hacìa agua y se hundiría irremediablemente?

¿No vieron los priistas en todos los niveles que el ciudadano común y corriente estaba harto de recibir atole con el dedo y que apenas dos sexenios antes ya le habían dado una paliza al PRI eligiendo al PAN que tampoco supo valorar el privilegio de mandar?

¿Dónde estaba la clase política priista cuando armaron el equipo que iría a las urnas a buscar los votos para seguir en el poder y vencer a un Andrés Manuel López Obrador que tenía 12 años en campaña?

Los datos duros que maneja (parafraseando al colega Luis Alberto Medina de Proyecto Puente) son muy claros y elocuentes:

A López Obrador lo siguen y apoyaban 15 millones de electores y los otros 15 millones son de gente que no milita en el PRI y de ciudadanos hartos de ese sistema que encubría corrupción y todo lo demás.

Entonces más que culpar a Peña Nieto de la derrota, los priistas deben asumir su responsabilidad y reconocer que aunque tuvieron los datos, las cifras y los análisis políticos habidos y por haber, no supieron enfocarse en el trabajo de tierra en esos 15 millones de votos que le duplicaron el poder en las urnas a López Obrador.

Y lo peor de todo, no quisieron cambiar cuando tenían todavía el poder en sus manos y dependía de ellos mismos cambiar la política y hacerla más sensible y solidaria con los que menos tienen, pero también con los que tienen un poquito y son pequeños empresarios que generan unos cuantos empleos y con ello, garantizan la estabilidad económica de miles de familias.

Los priistas se dejaron llevar por la inercia, imaginaron que los mexicanos tendrían miedo a ir con un candidato ya de la tercera edad, con problemas de comunicación y sin un proyecto viable de país, y ese fue su error.

Ahora, ya en 3 semanas, no, menos, en seis semanas, Peña Nieto se convertirá en el segundo presidente priista que entrega el poder a un partido de oposición.

Y si con Vicente Fox y Felipe Calderón el país tuvo cambios drásticos y severos en la vida política, social y económica, con López Obrador será lo mismo pero en versión corregida y aumentada.

Porque en los 12 años de panismo en la Presidencia hubo una división de poderes en la que no había mayoría de gobernadores panistas ni había una aplastante mayoría de panistas en la Cámara de Diputados y de Senadores.

Ahora López Obrador tiene el control absoluto en el Congreso de la Unión, en decenas de alcaldías y a cómo viene la jugada, es muy probable que en este sexenio que está por iniciar, muchos estados queden en manos de políticos emanados de Morena.

Y eso a fin de cuentas no es malo ni bueno para los ciudadanos que no militan en partidos políticos, pues quien esté en el poder debe gobernar para los mexicanos y no para los simpatizantes de su grupo político.

Lo malo sería que los que asuman el poder en las diferentes esferas lleguen con la mentalidad vengativa de “partirle la madre” a quienes estaban en el Gobierno y se lleven entre la lumbre al ciudadano común y corriente.

 

Buena medida de alcaldesa

A reserva de que haya transparencia en el asunto del financiamiento de poco más de 279 millones de pesos que le fue aprobado a la presidenta municipal de Hermosillo Célida López Cárdenas y que debe exponer en detalle cuánto irá al pago de aguinaldo y prestaciones de los empleados y cuánto usará para el pago a proveedores y a quiénes les saldará la cuenta, hay que reconocerle que eliminar los recargos e intereses a quienes deben multas de tránsito y el impuesto predial, fue una excelente medida para tratar de obtener recursos.

En Hermosillo hay mucha gente que siente el orgullo de vivir en esta ciudad capital pero hay muchos que no se ponen la camiseta naranja (aunque sea con otro número 21 como la de Ana Gabriela Guevara) para cumplir con los impuestos que hay que pagar.

Es muy cómodo exigir servicios de calidad y no pagar, incluso puede decirse que es un acto irresponsable como ciudadanos.

Y como ya es jueves, viene lo Bueno, lo Malo y lo Feo:

Lo Bueno: La campaña intensa de autoridades de salud para llevar la vacuna contra la Influenza a todos los espacios posibles y lograr con ello más cobertura, en un esfuerzo en el que se nota la mano del Secretario de Salud Enrique Claussen.

Lo Malo: La violencia que no tiene control en Ciudad Obregón y que no llega ni la intervención de fuerzas federales ni se intensifican operativos de las corporaciones estatales.

Lo Feo: La falta de estacionamiento en las zonas donde hay oficinas de Gobierno tanto municipal como estatal y federal, lo que afecta a los ciudadanos que deben acudir a realizar cualquier tipo de trámite.

 

Contacto:

Correo electrónico: en40grados@gmail.com

Twitter: @sebastmd

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