El Tren Maya y el PLHINO


Por Alberto Vizcarra Ozuna

 

Los gobernadores de Yucatán, Campeche, Tabasco, Quintana Roo y Chiapas, recientemente anunciaron, frente al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, la conformación de lo que dieron en llamar bloque de gobernadores del sureste, con el propósito de coordinar esfuerzos en la construcción del anunciado Tren Maya, sistema ferroviario diseñado para integrar físicamente a estos cinco estados del sureste mexicano. La acción es un buen referente para que la gobernadora del estado de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano, convoque a los mandatarios de los estados de la costa del pacífico y se integre también un bloque de gobernadores que impulse el Plan Hidráulico del Noroeste, (PLHINO).

 

El ABC de la ciencia económica sostiene que si bien la infraestructura no produce como tal, resulta  imprescindible para crear las condiciones que hagan posible el incremento en la producción y la productividad. En México, este principio se violentó desde que incondicionalmente la economía nacional se enganchó a los criterios de una globalización económica y financiera que en gran medida redujo al país a la condición de un simple proveedor de mano de obra barata y de materias primas.

 

Desde principios de la década de los ochenta, se le dio la espalda a la industrialización en todos los frentes: se debilitó la petroquímica, nos deshicimos de la industria siderúrgica, se interrumpió el proceso de agroindustiralización, debilitamos la industria eléctrica, abandonamos los grandes proyectos de gestión de agua y el sistema de transporte ferroviario terminó segmentado y estancado en la época porfiriana. Rudimentariamente le sirve a grupos privados que no tienen el menor interés de que el ferrocarril se modernice para integrar la economía nacional.

 

Anunciar una obra como el Tren Maya, que contempla un polígono ferroviario de mil quinientos kilómetros, por sí mismo, es una ruptura con el paradigma colonialista que se asentó en las últimas tres décadas, imponiéndonos la ideología de adoración al pensamiento en pequeño, acompañado del sociologismo que pondera la obediencia a una supuesta matriz cultural que nos condena a lo pequeño y nos prohíbe pensar en grande.

 

Las pocas economías del mundo que actualmente mantienen tasas de crecimiento muy por encima de su crecimiento poblacional, lo hacen precisamente remolcadas por grandes proyectos de infraestructura vinculados a la gestión de agua, energía y transporte. Señaladamente tenemos el caso de China que por más de treinta años ha sostenido un crecimiento formidable que le permitió sacar de la pobreza a más de setecientos millones de chinos en una generación.

 

Abrirle la puerta al pensamiento en grande, convoca el liderazgo de personalidades que han demostrado su disposición a traspasar las fronteras que limitan el crecimiento económico. Sonora ha dado pasos importantes en esa dirección con la propuesta  de los centros modulares de desalación de agua de mar. Estamos en la coyuntura excepcional para que la gobernadora confirme su liderazgo en la relación con el nuevo gobierno federal y demuestre, convocando a los gobernadores del noroeste,  que se puede superar la dinámica viciada y mediocre que se desprende de la lógica electorera.

Comentarios

Comenta ésta nota

Su correo no será publicado, son obligatorios los campos marcados con: *