La gobernadora de Arizona, Katie Hobbs rechazó la imposición de aranceles por parte del gobierno de su país, al ser una decisión que repercutirá en los sectores productivos
Ante ese escenario, pidió al mandatario americano reconsiderar ese aumento de impuestos que calificó como imprudente, al ser coercitivo y dañino para las actividades que realizan miles de personas en ambos lados de la frontera.
Informó que sostuvo un encuentro con líderes empresariales y agrícolas de Arizona para destacar la amenaza que representan los nuevos aranceles para la economía de esa entidad, para desplegar estrategias que ayuden a amortiguar la caída de transacciones o bien, a solventar las alzas en el valor de los productos.
“Estos aranceles son un impuesto a las familias y las empresas que amenazan con encarecer los alimentos y la gasolina, al tiempo que perjudican a industrias críticas de Arizona”, añadió Hobbs.
Sostuvo que su gobierno trabaja para tener una economía fortalecida, en la que se pueda dar una generación de empleos bien remunerados, pero con esta decisión se podría venir abajo todo lo que se ha alcanzado en los últimos años.
Por su parte, Danny Seiden, presidente y director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Arizona resaltó que las políticas comerciales sólidas deberían ayudar a las empresas a crecer y mantener bajos los costos para los consumidores estadounidenses, no hacer que las cosas sean más caras.
“Los aranceles no son un impuesto a los países extranjeros; son un impuesto a las empresas, los consumidores y las familias estadounidenses. Esta medida amenaza con interrumpir las operaciones, frenar el crecimiento económico y aumentar los precios en un momento en que la asequibilidad ya es una preocupación importante para las familias”, externó.