El pasado 1 de octubre, una escena poderosa recorrió México: por primera vez tres mujeres representaron a cada uno de los poderes durante la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta del país.
La maestra Ifigenia Martínez, un ícono si lo hay de la lucha de las mujeres por la democracia y por sus derechos, presidió la Cámara de Diputados y le entregó la banda presidencial, y la ministra Norma Lucía Piña como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. A sus 94 años y muy deteriorada de su salud, la maestra Ifigenia fallecería tres días después; hoy se le rendirá un homenaje en San Lázaro.
Inédita, la estampa es algo más que una anécdota: representa todo lo que cabe en la historia de un país preponderantemente machista; todo lo que tuvo que pasar para llegar a este nivel de empoderamiento de las mujeres en todos los órdenes de la vida pública en México, justo a unos días de celebrarse el 71 aniversario del reconocimiento del derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser votadas. La fecha es el 17 de octubre.
Aunque persisten muchas trabas y techos de cristal, es innegable que el país ya es otro en este tema.
Y es una buena oportunidad para reconocer que en Sonora ya se tiene, por ejemplo, un gabinete estatal y una legislatura local paritarias.
Este contexto es oportuno para llamar la atención sobre un hecho que pasó desapercibido en la mayoría de los medios (a propósito de prácticas de invisibilización): la visita que le hicieron el pasado viernes a la diputada Ana Gabriela Tapia Fonllem el presidente del IEE, Nery Ruiz y la organizadora de los eventos de aniversario de la conquista sufragista de las mujeres, Alma Alonso. En realidad visitaron a varias diputadas, pero cito el caso de Gabriela Tapia por varias razones.
Primero porque la doctora Tapia Fonllem ha cargado en no pocas ocasiones y en no pocos medios con las malas prácticas que invisibilizan a las mujeres -sobra quienes la citan como ‘la esposa de Carlos Navarro- el ex dirigente estatal del PRD), pero pocos conocen su historia.
Licenciada en Sociología, con maestría y doctorado en Ciencias Sociales, Gabriela Tapia ha forjado su propia historia desde aquellos años 70, cuando ser de izquierda era proscrito y cuando a los y las militantes les tocaba poner los muertos, perseguidos, encarcelados, torturados, obligando incluso a operar en el clandestinaje.
Desde allí participó en varias organizaciones y partidos; fue parte del Consejo de Redacción de la revista Tribuna Proletaria a los 18 años y se convirtió en enlace con los tres presos políticos de la Liga Comunista 23 de Septiembre recluidos en Hermosillo: Samuel Orozco, Hiram Rodríguez y Rodolfo Gómez Rosas, sentenciados a 29 años de prisión, pero amnistiados por el gobernador Samuel Ocaña García.
La lucha clandestina derivó en lucha electoral y fue parte de la fundación del PRD en Sonora.
Pero tiene además otra peculiaridad: ella viene de una familia donde la lucha por el voto femenino estuvo siempre presente. De hecho, su madre, doña Beatriz Fonllem Alejo es una de las tres mujeres que lucharon por ese derecho que se aprobó en 1953 y se ejerció por primera vez en Sonora en 1955. Con apenas 18 años de edad, fue designada para entregar un arreglo floral al presidente Adolfo López Mateos y entregarle la solicitud para que se reconociera el derecho de las mujeres al sufragio.
Doña Beatriz, junto con su esposo Manuel Tapia se opusieron a la candidatura de Faustino Félix Serna en 1967, apoyando a Fausto Acosta Romo; recientemente fue destinataria de un reconocimiento entregado por mujeres sufragistas y el cabildo de Hermosillo aprobó imponer su nombre a una calle de la ciudad.
Hay, pues, una historia propia de la doctora Tapia Fonllem, que no cabría en una columna.
II
El alcalde Antonio Astiazarán arrancó ya uno de los programas que define como la columna vertebral de su administración, porque como ninguno, posibilita la participación ciudadana en la definición de la obra pública a realizarse en sus entornos, a partir de votaciones democráticas.
Ayer se llevó a cabo la primera asamblea del Presupuesto CRECES 2024 que este año aumentó a 80 millones de pesos la bolsa de recursos que se aplicarán en obras decididas por los propios ciudadanos y ciudadanas, por zona, sector o ciudad.
La asamblea se llevó a cabo en la colonia Altares y participaron vecinos de varias colonias del sur de Hermosillo, como Quintas del Sol, Villas del Sur, Agualurca y Nuevo Hermosillo, entre otras.
Las asambleas estarán realizándose en distintos sectores de la ciudad y las zonas rurales hasta el 18 de octubre y las votaciones para decidir qué obras son las prioritarias se llevarán a cabo del 11 al 22 de noviembre de forma presencial, pero también se puede votar en línea, del 4 al 23 de novimembre a través de la página https://presupuestocreces.hermosillo.gob.mx/ y por el chatbot “Hola” del Ayuntamiento.
Pilas, pues.
III
Y en otras buenas noticias, estas para la comunidad animalera, ya se encuentra al 87 por ciento de su construcción la primera clínica del bienestar animal donde se ofrecerá atención veterinaria gratuita y de bajo costo para perros y gatos. Son tres las que se están construyendo, pero esta es la que más avances registra.
En estas clínicas se están invirtiendo 31.4 millones de pesos, lo que confirma la voluntad y el compromiso con la salud animal, que el gobernador Alfonso Durazo ha manifestado desde el inicio de su gestión, trabajando de manera integral en políticas públicas para ofrecer servicios y cuidados a las mascotas.
Este modelo de clínicas del bienestar animal es el primero en su tipo que opera en Sonora; en ellas se ofrecerán esos servicios en áreas especializadas: consultorios, rayos X, hospitalización, laboratorio, preoperatorios, manejo de residuos peligrosos, estacionamiento y salas de espera.
Bien ahí.
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