Plan Nacional de Seguridad: ¿fin de los abrazos?

Arturo Soto Munguia /    2024-10-07

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Este martes, la presidenta Claudia Sheinbaum deberá presentar su Plan Nacional de Seguridad. La fecha estaba prevista desde la semana pasada, pero la urgencia es obvia.

 

La primera semana a cargo de las riendas del país no ha sido amable con la mandataria: la dinámica criminal no ha variado un ápice respecto a la registrada el sexenio pasado y antes bien, diríase que en ciertas regiones se ha agravado.

 

El sexenio de Claudia lo inauguraron dos elementos del Ejército que dispararon contra un vehículo que transportaba migrantes (algunos procedentes de África y Medio Oriente) matando a seis de ellos e hiriendo a diez más, en Chiapas. Y de allí para adelante el mapa criminal en México se sigue llenando de banderillas rojas.

 

En Culiacán no cesa la guerra entre las facciones del Cártel de Sinaloa y viejos y nuevos aliados; en Guerrero se disparó la alerta con el asesinato, la decapitación y la exhibición pública de los restos del alcalde de Chilpancingo, la capital del estado, Alejandro Arcos Catalán. Días antes habían asesinado a su secretario del Ayuntamiento y a quien había perfilado como su jefe de Seguridad Pública. En Guanajuato hubo una treintena de asesinatos solo el pasado fin de semana.

 

Ayer en la carretera Mazatlán-Culiacán, la alcaldesa del puerto fue despojada de su camioneta por sicarios armados; cuando el alcalde de un municipio cercano, San Ignacio acudió para auxiliar a la alcaldesa, también fue despojado de su vehículo.

 

De Frontera Comalapa en Chiapas a Tijuana, no hay tregua ni respeto.

 

No es exagerado decir que todo México estará pendiente del anuncio que haga la presidenta, aunque ya adelantó unas líneas generales, y otras tantas que se filtraron al muy conservador y neoliberal The Wall Street Journal; líneas que por cierto arrojan un atisbo sobre el viraje que puede tener la política de seguridad, especialmente en el tema de la investigación y el combate al crimen organizado, con un especial acento en aquellos cárteles y células dedicadas al tráfico de fentanilo.

 

Hace un par de días la presidenta Sheinbaum recibió una llamada de su homólogo estadunidense Joe Biden y al siguiente giró instrucciones al canciller Juan Ramón de la Fuente para que retomara las conversaciones con el embajador norteamericano Ken Salazar, mismas que habían sido ‘puestas en pausa’ por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

Ese solo hecho alienta la versión de que la colaboración con EEUU en materia de seguridad (pública, nacional, transfronteriza) sí tendrá un relanzamiento y una toma de distancia respecto a lo hecho por el antecesor de Sheinbaum, aunque esta ha sido clara al sostener que eso no significa volver a los tiempos de la guerra de Calderón contra el crimen que, hay que apuntar, resultó tan fallida como la de AMLO resumida en el desafortunado eufemismo de ‘abrazos, no balazos’.

 

De acuerdo con la información a la que tuvo acceso el diario norteamericano, el plan concentra sus esfuerzos en diez ciudades de cinco estados donde se registran las tasas más altas de homicidio; poner especial énfasis en la inteligencia y la coordinación operativa con estados y municipios, con un enfoque que “permita intensificar las acciones contra los cárteles de la droga”. Esto es, creo, de lo más relevante si se considera que el sexenio pasado las fuerzas del orden parecía tener la consigna de ‘dejar hacer, dejar pasar’, a menos que fueran atacados.

 

Como nota al margen, en el reporte de estados más violentos y donde se concentrarán los esfuerzos del nuevo plan de seguridad no aparecen municipios de Sonora. Aparecen de Guerrero, Guanajuato, Chiapas, Colima (capital), Michoacán, Chihuahua (Ciudad Juárez) y Baja California (Tijuana).

 

Como sea, hay una gran expectación por conocer los detalles del plan de la presidenta, en el que dicen jugó un papel central su secretario de Seguridad Omar García Harfuch, así como en temas operativos relacionados con la Guardia Nacional y el papel de las policías estatales y municipales.

 

Pendientes.

 

II

En temas locales, pasaron solo un par de días para que la joven y experimentada Paulina Ocaña Encinas, hoy flamante Jefa de la Oficina del Ejecutivo estatal, apareciera encabezando acciones de supervisión de la obra gubernamental y difundiendo urbi et orbi tales tareas, algo a lo que la ex titular del Sistema Estatal de Comunicación Social le entiende muy bien.

 

Se veía venir. Desde aquel 3 de septiembre cuando el gobernador recomendó ‘no perderla de vista’ y la cubrió de reconocimientos en el relanzamiento de la señal de Telemax en Puerto Peñasco, estaba claro que algo nuevo venía para la funcionaria más joven del gabinete legal y ampliado.

 

En un video difundido a través de sus redes sociales, Paulina Ocaña aparece recorriendo el primer cuadro de la ciudad de Hermosillo, donde se llevan a cabo 14 obras de modernización en vialidades y la remodelación total del edificio histórico del Mercado Municipal.

 

Ahí como no queriendo la cosa, adelantó que en lo sucesivo estará reportando los avances de todas las obras que lleva a cabo el gobierno del estado en distintas partes de la geografía sonorense.

 

Y pues ya asentada en la juvenil versatilidad y en la polifuncional hiperactividad, ayer mismo les tomó protesta a los integrantes del Comité Estatal de Información Estadística y Geográfica del Estado.

 

Más señales, no se puede. Ahora sí que como dijo el gobernador, no la pierdan de vista.

 

III

 

De gran interés para los productores agropecuarios debió resultar el encuentro que tuvo ayer Alfonso Durazo con el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Antonio Berdegué Sacristán, sinaloense muy ligado al sector desde la actividad privada y con bastantes relaciones en lo público.

 

Este encuentro llega en momentos críticos para el campo sonorense que atraviesa por una seria temporada de estiaje que pone en riesgo una buena parte de la actividad en el sector que tiene frente a sí el gran reto de innovar en sus procesos, concretamente en la reconversión de cultivos, algo en lo que ha insistido mucho el mandatario estatal.

 

Durazo aprovechó esta reunión para solicitar una ampliación en los apoyos a productores del campo por medio de gestiones ante la Secretaría del Bienestar, para incluir a los agricultores en los programas federales.

 

Se acordó impulsar el desarrollo de la actividad agrícola a través de la entrega de incentivos a los productores que se sumen a la reconversión de cultivos, sustituyendo los tradicionales por otros que requieren menos agua, el insumo más preciado y en estos momentos, más escaso.

 

Por cierto, en el encuentro estuvo presente la recién estrenada secretaria del ramo en Sonora, Célida López Cárdenas.

 

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