Entretelones
Samuel Valenzuela
Samuel Valenzuela
Espectacular la llamada “Operación Limpieza” ejecutada este jueves en Hermosillo en contra de tres establecimientos donde se comercian artículos y chucherías de origen chino, durante el cual, con la participación de personal del Ejército Mexicano, Secretaría de Marina, la Guardia Nacional, CEVCE, policía estatal y protección civil se confiscaron un millón de piezas valuadas en 150 millones de pesos.
Dicho operativo fue supervisado por el secretario de Gobierno, Adolfo Salazar Razo y el titular de Economía y Turismo, Roberto Gradillas Pineda, testigos de los cateos, decomisos y clausuras de esas grandes tiendas, que, según la información proporcionada, ocupaban una superficie de 10 mil metros cuadrados y cuyas bodegas estaban repletas de cajas y fardos sin los correspondientes sellos de importación, pedimentos ni denominación de origen.
Adolfo Salazar Razo.
Así las cosas, Sonora es el segundo estado de la república que se suma a las acciones emprendidas en la Ciudad de México por la Secretaría de Economía a cargo de Marcelo Ebrard, en contra de ese ilegal comercio que en los últimos años había sentado sus reales ante la complacencia de autoridades del gobierno federal, de Aduanas y del Estado, cuando su presencia era y es pública y notoria.
Dado el incumplimiento de la normatividad en materia de protección civil, además del decomiso de la mercancía, esos establecimientos fueron clausurados, extendiéndose requerimientos a sus propietarios para demostrar la legal procedencia de los bienes incautados, así como el cumplimento de reglas para garantizar la seguridad de su clientela y sus empleados, sin que se tenga conocimiento de detenciones o de resistencias al operativo implementado.
Desde hace bastante tiempo sabíamos de la operación de esos establecimientos y si bien nunca fuimos ni siquiera a curiosear, sabíamos de una gran afluencia de clientela dados los precios bajos y ofertas de sus productos, particularmente tratándose de material escolar, adornos navideños, artículos decorativos, para la cocina, blancos, maquillaje, juguetes, cristalería, ollas, sartenes, vajillas y una gran cantidad y diversidad de chucherías, para en resumidas cuentas definir que es más fácil determinar qué no se vende en esas tiendas, destacando la gran afluencia de clientela.
El mismo gobernador Alfonso Durazo Montaño oficializó la embestida oficial en contra de ese comercio ilegal y competencia desleal al comercio organizado en la capital de Sonora que sí cumple con la normatividad fiscal y aduanera, en lo que consideró una réplica de la estrategia emprendida en la capital del país por la Secretaría de Economía para dar certeza y legalidad a la introducción, estancia y comercialización de mercancías de procedencia extranjera en el país.
Operación Limpieza.
Fue el mandatario estatal quien calculó el valor de 150 millones de pesos de la mercancía incautada, en el marco de una reunión acompañado de Ebrard y enlazado en tiempo real con Salazar Razo, durante el recorrido de supervisión realizado por el funcionario estatal y el titular de Economía y Turismo, para verificar el amontonadero de existencias de tales productos en los establecimientos clausurados.
Miren, son conocidas las obsesiones del actual gobierno federal y estatal de ir a las causas de los problemas mientras se atienden los efectos, dicen, y en el caso que nos ocupa, pues se deberían emprender acciones punitivas en contra de quienes en puertos permiten ese contrabando tan voluminoso, sin olvidar que son las fuerzas armadas las encargadas de la operación portuaria, porque de nada servirán los operativos limpieza mientras los contrabandistas tengan libre acceso al país.
Ahí están las causas de la operación de ese mercado ilegal, que, si bien atiende una demanda particularmente de clases populares, viola un altero así de leyes, además de que esos productos no cuentan con la comprobación de normas de calidad y de seguridad para el consumidor.
Decimos clases populares, pero nos informan que también venden artículos de alto costo y disponen de áreas que son la delicia para clientela de alto perfil económico, en un contexto cuya permanencia y crecimiento solo se entiende por la displicencia cómplice de instancias de gobierno.
Alfonso Durazo y Ebrard.
No faltan quienes consideran que la Operación Limpieza solo es parte de la estrategia del gobierno mexicano para mojarle la pólvora al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien sostiene que México es la puerta trasera por donde se infiltra mercancía china al mercado gringo.
Además de la sospecha de que junto a esos contenedores repletos de todo ese material que arriban a puertos mexicanos, se agregan cargamentos de precursores para la elaboración de fentanilo y como al parecer va en serio el fascista que asumirá el mando en el vecino país el próximo 20 de enero, al menos hay que taparle el ojo al macho y con este tipo de acciones le baja rayitas a su beligerancia.
Ya se verá si estas acciones resultan en los objetivos deseados, porque se sabe que un par de días después del operativo en la Ciudad de México, la mayoría de los comercios cateados y supuestamente clausurados ya estaban abiertos al público.
Mientras tanto, vaya el escándalo el que protagoniza la titular de SEMARNAT, Alicia Bárcena, quien luego de darse a conocer su asistencia a una boda en el deslumbrante Museo Nacional de Arte, mediante la simulación de que se trataba de un evento diplomático, es como un explosivo obús bajo la línea de flotación de la falsa austeridad republicana del régimen cuatrotero.
Bárcena en la tablita.
La aristocrática jotería en mención fue programada cuando ella era aún titular de Relaciones exteriores y su subalterno de mayor confianza, Martín Borrego, reservó desde principios de septiembre dicho espacio y ya cuando ambos se habían mudado a la SEMARNAT tuvieron esa pachanga fifí para celebrar su casorio con Ionut Valcu, diplomático de la Embajada de Rumania en México.
Luego de hacerse pública la faramalla de simular que el festejo fue con motivo del 89 aniversario de las relaciones diplomáticas entre México y Rumanía, la señora secretaria aseguró desconocer los hechos e incluso los reprobó, para luego recibir baldazo de agua fría al aparecer como asistente en retratos degustando copas de vino y como comitiva de los recién casados, quienes instalaron mesa de regalos en el exclusivo Palacio de Hierro y dejaron la opción de obsequios en efectivo, pero en Euros.
El Martincito ya renunció, pero solo en México puede ocurrir que luego de tal desbarre la titular de la SEMARNAT siga en su cargo y no solo por haber incurrido en eventual desvío de recursos para financiar evento privado, sino que además violó un punto del credo eje de la 4T, ese que dice no mentir y a lo mejor también otros que dice no robar ni traicionar.
Pecata minuta ante el alud de realidades que delatan la falsa austeridad republicana de estos mesías que se dicen de izquierda que viven en la opulencia mientras se desgarran las vestiduras por los millones de pobres de este país, en el marco de una grotesca simulación cuando son iguales o peores que los del reciente pasado.
Boda fifí cuatrotera.
Si realmente fueran congruentes y honestos con lo que predican en sus discursos y declaraciones, por lo pronto podrían constituir cooperativas para hacer socios de sus empresas a sus empleados; distribuir sus miles de hectáreas de tierra entre quienes las trabajan y ceder parte de sus abultados ingresos de nómina gubernamental entre tantos marginados a través de fideicomisos o al menos no ser cochis tan trompudos y no alardear su aristocrática existencia.
Son pésimos para la simulación y deberían entender que esa condición resulta insostenible y que irremediablemente todo mundo se dará cuenta de que son una bola de falsarios que lucran con las necesidades de la gente, al igual que lo hicieron en su momento los prianistas.
Ya ven cómo vive en su fortificado y lujoso palacete quien ya se fue mucho a La Chingada, cuya presunta pareja sentimental, Beatriz Gutiérrez vive de forma permanente en la embajada de México en Londres y lo hace totalmente de gorra, mientras su retoño recibe formación académica en una escuela cuya colegiatura es una de las más caras del mundo.
Y vamos a dejarla de ese tamaño porque ya me encabroné.
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