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+ Naves de guerra de EU en aguas nacionales, nada nuevo bajo el sol; Karla Córdova confirma: buscará la gubernatura; Empalme será de nuevo “Ciudad jardín”; murió don Carlos, a los 100 años de edad
Agustín Rodríguez L.
GUAYMAS, Son. – Es el contexto lo que preocupa, cuando se escucha sobre un avión o un portaaviones surcando aguas nacionales en el mar de Cortez y el litoral de Ensenada.
Otros nos quedamos perplejos cuando nos explican que el golfo de California, como también es llamado, no es del todo nuestro, pese al reconocimiento de la Zona Económica Exclusiva por las Naciones Unidas, organización que tampoco demuestra músculo hoy que renace el sueño del expansionismo en las potencias mundiales.
La ZEE se extiende hasta 200 millas náuticas desde las líneas base de un Estado costero, que tiene derechos soberanos exclusivos para administrar los recursos naturales, aunque hay derechos para otros Estados como la libertad de navegación y sobrevuelo.
Dicho acuerdo lo ratifican 168 Estados y la Unión Europea, un número importante. Estados Unidos no ha ratificado formalmente el tratado, aunque acepta y respeta los principios fundamentales de la ZEE en sus 200 millas y hasta estableció su propia zona con esa medida.
Pero no le divierte perder controles que le restrinjan su actividad militar y comercial en alta mar, así que, si un avión voló sobre nuestro espacio, es cuestión de criterio determinar si violó soberanía. Peor, pudiendo volar a alturas hasta hacerse invisible, lo hizo a baja altitud como para que lo vieran, lo cual deja un mensaje perturbador.
Más perturbador aún, avistar un portaaviones cerca del litoral y la información oficial de México insista en aguas internacionales. Sin embargo, el criterio de conocedores señala, no hay nada nuevo bajo el sol. Siempre se han acercado y nunca se ha considerado una amenaza, pues solo sería parte de operaciones logísticas que no tiene por qué conocer la gente común.
Pescadores o turistas en alta mar siempre dan versiones de naves “extrañas” en el mar de México, y es igual ahora con el avión espía que nos visitó –hasta Guaymas, dicen imágenes a la mano-- y con el portaaviones “Nimitz”, admirado con frecuencia en Ensenada, donde la extrañeza es el escándalo creado por algo tan común.
Nimitz fue el apellido de un almirante famoso de la segunda guerra y el nombre lo adoptó no uno, sino 10 portaaviones de esa clase, monstruos de metal de 340 metros de largo por 40 de ancho, impulsados por energía nuclear y con un centenar de aviones y helicópteros a bordo. Una fortaleza armada con tecnología de punta para disuadir a cualquiera.
Opera escoltado por otras naves de la Armada estadounidense como una ciudad flotante de 5,500 tripulantes, la mitad siempre listos para entrar en combate.
San Diego, a pocos kilómetros de la frontera de Tijuana, está lleno de estos elementos bélicos. Al zarpar, llegan a verlo los bajacalifornianos del norte sin percibir agresión, no hay motivo, pues con esa ruta –suponiendo que navegue, como todo indica, sobre aguas nacionales--, se ahorran combustible al emprender los constantes patrullajes en el Pacífico.
El Tratado de Libre Comercio podría explicarlo en sus puntos dedicados a la protección conjunta contra amenazas del exterior, a cargo del Comando Norte que operaría desde alguna montaña de las Rocallosas en territorio estadounidense, datos de seguridad alejados del conocimiento público.
Por eso no está preocupada la Secretaría de Marina ni su fuerza naval, la Armada de México, que tiene una Comandancia de Zona en Ensenada y conoce cuanto ocurra alrededor.
Es, pues, un asunto de contexto, ahora que el ruidoso presidente de los Estados Unidos dice cosas muy parecidas a una amenaza y vuelve lo que en términos policíacos se conoce como “generador de violencia”, política en este caso.
Por lo menos nos pone nerviosos. Pero sépase, también en lo militar, Canadá y México son aliados de ese vecino seguido incómodo, pero íntimamente ligado a nosotros y por ello el ruido busca acallarse en el mejor de los términos, dentro el orden que establecen las reglas. Y así será, no está el mundo para estirar tanto la cuerda.
Como dice nuestra presidenta: guardemos la calma.
KARLA SE DESTAPA
El desgastado el término “destapar” cuando alguien se apunta para un cargo futuro, todavía no tiene sustituto, así que lo retomo para decirle que eso hizo la alcaldesa Karla Córdova, este jueves en Hermosillo.
No esquivó preguntas de los reporteros rodeándola, a quienes afirmó muy segura, sentirse preparada para desempeñar cualquier cargo, tanto, que estudia la posibilidad de disputar la gubernatura estatal. Así.
Explicó: “todas las mujeres que estamos aquí tenemos aspiraciones, somos mujeres, somos políticas y es tiempo de mujeres”. Acierta al calificar como genuina la aspiración a cargos de elección popular.
No se precipita, pues adelanta ser parte de un movimiento --el de los gobiernos de la 4T--, y “tenemos que hacer un trabajo muy limpio en la encomienda que tenemos ahorita”. En su caso, darle resultados al pueblo de Guaymas “para seguir aspirando a, desde una diputación hasta una gubernatura”.
¿La gubernatura? Sí, eso dijo. Evaluar sus logros en lo material le permite aspirar con holgura por una diputación, pero la gubernatura es otra cosa, sin embargo, demuestra capacidad y se siente preparada “para competir por cualquier cargo” y “es un tema que seguimos estudiando”.
Además de ser profesional de la medicina, la doctora Córdova sabe de administración pública, lo confirman una maestría y varios diplomados y especialidades “que tienen qué ver con el gobierno”, que ha tomado porque “el gobierno es una cosa que me apasiona”.
Así de claro. Y no es exagerado decir que, de los munícipes dispuestos a entrarle al redondel, ella es quién más puntos acumula en esa ruta. Analícelo.
Si la doctora juega–por Morena, claro—será la tercera guaymense sobre esa plataforma, junto con el popular senador Heriberto Aguilar, y el alcalde capitalino de impecable desempeño, Antonio Astiazarán.
A propósito, Astiazarán dio otro “jomrón” al anunciar que, en 2027, la Serie del Caribe de béisbol será en Hermosillo, cuando ya habrán terminado las obras transformadoras en esta ciudad cuyo nombre sobresale en muchas partes del mundo. Enhorabuena.
CORTOS:
1.- Empalme mantiene esfuerzo para recuperar imagen perdida por los malos gobiernos que tanto quedaron a deber a la ciudadanía, por eso Luis Fuentes Aguilar persiste en su agenda de limpieza, pavimentaciones y bacheos, e incluye rescate o retiro, según el caso, de árboles que permitan recuperar el reconocimiento de “Ciudad jardín” que tenía.
2.- El pasado diciembre, Jesús Fajardo hizo fiesta en San José de Guaymas. Celebraron el aniversario número 100 de don Carlos García Osuna y el evento de la Unión Ganadera Local que preside, fue marco para reconocer su experiencia y aporte a la actividad. Estaban todos contentos.
Pero llega la mala nueva: Don Carlos, quien hace décadas escogió quedarse entre nosotros, falleció. Se fue contento, qué bueno. Los ganaderos de Fajardo deben estar satisfechos por haber cumplido con ese homenaje como debe ser, en vida. En paz descanse don Carlos.

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