Presas

Entretelones
Samuel Valenzuela

Samuel Valenzuela

Se reanuda el efectismo mediático tan característico del gobierno cuatrotero al anunciarse grandes obras de infraestructura y millonarias inversiones como instrumentos cosmetológicos de lo grandioso, fantástico y espectacular que puede ser el futuro de México, mientras el presente luce en pedazos.

Así como cuando se anunció el tren maya, la aeropista Felipe Ángeles o la refinería dos bocas, este miércoles se confirmaron 17 proyectos de infraestructura hidráulica para garantizar el abasto de agua a 36 millones de personas con una inversión de 122 mil 600 millones de pesos para los siguientes 5 años.

Incluyen a Sonora.

Ese proyecto de tan profundo sentido social, pero cajón para el enriquecimiento de unos cuantos, inicia en julio próximo con una inversión inicial de 15 mil millones de pesos y no es ninguna novedad, porque en dichas obras de arranque está la construcción de tres presas en Sonora, dos sobre el Río Sonora—Sinoquipe y Puerta del Sol—y  otra sobre el Río San Miguel cerca de San Miguel de Horcasitas, que serán como tapones de contención que evitarán inundaciones a la proyectada urbanización del 80 por ciento del vaso de la presa Abelardo L. Rodríguez.

Muy ambicioso el Plan Nacional Hídrico de cuyos detalles se dieron a conocer en la mañanera de la presidente Claudia Sheinbaum por conducto del director general de la Comisión Nacional del Agua, Efraín Morales López, quien informó sobre presas, acueductos, sistemas de protección contra inundaciones y desalinizadoras que se construirán en Baja California, Baja California Sur, Durango, Zacatecas, Estado de México, Colima, Guerrero, Oaxaca, Campeche, Tabasco, Veracruz, Guanajuato, Tamaulipas, San Luis Potosí, Coahuila y Sonora.

Destacan la desaladora Rosarito en Baja California (12 mil MDP), que inicia obras en noviembre; Presa El Novillo en Baja California Sur (1,423 MDP), arranca en agosto; Presa Tunal II en Durango (3,985 MDP), inicia en junio; Presa Milpillas en Zacatecas (8,900 MDP), obras comienzan en agosto; Acueducto Solís-León en Guanajuato (15 mil MDP), inicia en septiembre; Protección contra inundaciones en Tabasco (2,400 MDP), obras en mayo, y el Sistema de presas Hermosillo en Sonora (7,500 MDP), cuya construcción arranca en julio.

Opinión sobre presas.

Es un buen billete la proyectada inversión para la construcción de esas tres presas cuyos estudios técnicos ya deben estar listos, sea la capacidad del embalse, áreas sujetas a inundaciones, impacto ambiental y sobre todo, el parlamento abierto, la máxima publicidad y conocimiento de los habitantes de Sinoquipe, Ures, San Miguel de Horcasitas y productores del sector primario aledaños a esas cuencas aguas abajo de dichas presas.

A este reportero llaman la atención varios puntos: la construcción de esas presas está sustentada en el optimismo, dado que a como está proyectado el entorno climático para los próximos años, de poco o nada servirán si no hay agua qué almacenar, y en estos tiempos la poca que traen ambos ríos apenas soporta la demanda de productores a lo largo de sus cuencas y de comunidades para consumo humano.

Otro punto de llamar la atención es que con la cuantiosa inversión prevista porqué no se volteó a mirar hacia el mar, hacia el golfo de California donde el agua es inagotable y cada vez más se abaratan las tecnologías de la desalinización, no faltando quienes descalifican dicha vía de solución por la contaminación de altos niveles de salobre que generan, pero mientras tanto aplauden la posibilidad de que gigantescos buques surquen por el acuario del mundo llevando gas licuado al países asiáticos desde Puerto Libertad.

Además, los proyectistas de ese sistema de presas para proteger los espacios a urbanizar en el vaso de la Abelardo L. Rodríguez, no deben descuidar el Arroyo El Zanjón, que de pronto lleva grandes avenidas en muy poco tiempo, incluso mayores volúmenes que el río San Miguel, representando fuerte riesgo para la construcción de la residencial lacustre en el ahora vacío embalse capitalino.

Alfonso Durazo Montaño.

Como se sabe, el gobernador Alfonso Durazo Montaño está en todo y no es dado a dejar cabos sueltos y por eso es previsible que ya tenga toda una ruta crítica para convencer a los rejegos opuestos a la construcción de esas presas y que por lo pronto, exigen ser consultados y sobre todo informados sobre los efectos de dichas nuevas presas.

De construirse, obvias las afectaciones en Sinoquipe, Banámichi, La Mora, Las Delicias, Huépac, Ranchito de Huépac, San Felipe de Jesús, Aconchi, Estancia de Aconchi, San Pablo, El Rodeo, San José de Baviacora, Baviacora, La Capilla, Suaqui, Las Tortugas, El Molinote, La Aurora, Mazocahui, Puerta del Sol, Ures, San Pedro de Ures, Santiago de Ures, San Rafael de Ures, Guadalupe de Ures, San José de Gracia, Topahue, Molino de Camoú, San Juan, San Bartolo, Fructuoso Méndez, La Victoria, El Tazajal, San Pedro, el Tronconal, San Miguel de Horcasitas, Fábrica de los Ángeles, Pueblo Nuevo,  entre otras.

Miren, Rolando Díaz Caravantes, investigador del Colegio de Sonora, por varios años ha profundizado en el análisis de los efectos de la construcción de esas presas desde qué fueron anunciadas y los resultados de dicha prospectiva científica no son buenos por diversos factores como lo son desplazamiento de habitantes aguas arriba; reducción de superficies de cultivo y abatimiento de pozos aguas abajo; desajustes medioambientales e impacto en la flora y fauna circundante y demás.

Rolando Díaz-Caravante.

El fin de esas nuevas presas es loable por supuesto, pero cómo conciliar el que Hermosillo disponga de más agua para su desarrollo económico y social arrebatándosela a otras regiones y más cuando está arraigada la idea de que junto con la presa el Molinito, las dos presas más en el Río Sonora y la otra en el San Miguel, son acciones para darle viabilidad a la proyectada inversión pública-privada para urbanizar buena parte de la presa Abelardo L. Rodríguez, e incluso se asegura que con la venta de dichas superficies se financiará la construcción de dichas presas.

Pues falta mucho por escribir a casa sobre ese tema, pero lo primero que debería hacer el sector oficial estatal y federal, es abrir la puerta a las opiniones; a la consulta pública, a la información para aclarar dudas y hacer un balance realista sobre el costo-beneficio-perjuicio, además de hacer prospectivas climáticas para el largo plazo, no vaya a ser que, si la falta de lluvias se prolonga y se construyen, pasen a ser otros elefantes blancos.

Por otra parte, muy cercana al cinismo la presidente Claudia Sheinbaum al negar acarreo de personas asistentes al mitin del pasado domingo en El Zócalo, operativos que según ella ya no se usan y todo es cuestión de decisiones personalísimas de quienes están ansiosos por rendirle pleitesía y adoración.

La señora aseguró que simplemente 40 personas se ponen de acuerdo para rentar un autobús y prorratean los gastos de alimentación y hospedaje para que atendieran la convocatoria para acompañarla a la presunta asamblea informativa sobre los retos de las amenazas arancelarias del gobierno norteamericano, que a fin de cuentas solo fue una juntada bastante guanga.

Beso de la ignominia.

Pues para la hilaridad tal posicionamiento, porque en nuestro caso conocemos a una media docena de asistentes cuyas finanzas personales y familiares a penas les alcanza para el mal comer como para desembolsar al menos 10 mil pesos, realidades indudables para la gran mayoría y que las ubica como acarreados con cargo a dineros de MORENA y aliados, o de instancias de gobierno, cuando además abundan denuncias de servidores públicos sujetos al pase de lista para demostrar su asistencia so riesgo de represalias.

No manche señora presidente, que como bien lo dijo, hay mucha inteligencia entre las y los mexicanos para aceptar como ciertas sus estulticias al respecto, aceptando eso sí que en efecto hay muchos atarantados y alucinados por la onda cuatrera que asisten a ese tipo de eventos con recursos propios porque disfrutan de posiciones de gobierno bien pagadas, pero que un asalariado, una ama de casa y hasta un desempleado, haga dicho gasto de plano no tiene sentido.

Luego del beso aquel en la mano del impresentable y corrupto Manuel Velazco al rendir protesta; luego el desairado encontronazo antes del evento dominical zocaleño donde la cúpula de MORENA estaba en todo menos con ella; su entreguismo al orate inquilino de la Casa Blanca para satisfacer sus exigencias y ahora negando el acarreo, pues de plano como que su espejo no debe reflejar buena cosa.

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